Origen Especie con un área de distribución en Europa amplia,
llegando hasta Turquía y dando lugar a varias formas geográficas.
Árbol perennifolio, monoico, que puede alcanzar los 40 m de altura.
Copa muy densa e irregular.
Tronco recto (que le da más valor económico que al pino carrasco) con corteza gris-plateada y escamosa.
Ramillas con grandes cojinetes muy marcados de color pardo-rojizos.
Corteza: De joven, la corteza es gris y lisa pasando al gris
plateado en la madurez en la que, además, se divide en espejuelos.
Hojas aciculares en grupos de dos de 8-15 cm de largo con los
bordes ligeramente aserrados de color verde más o menos oscuro que
pueden durar hasta 6 años antes de caer.
Flores: Especie monoica.
Masculinas de hasta 2 cm de largo por 7 mm de grueso aovado-cilíndricas de color amarillo y subsentadas.
Femeninas ovales de unos 15 mm de largo, erectos, solitarios o
verticilados en los extremos de las ramillas y con brácteas de menor
tamaño que las escamas.
Florece en primavera, de marzo a mayo, produciendo abundantes piñas cada 4 ó 5
años. En el otoño siguiente maduran las pifias, diseminando los
pequeños piñones en la primavera.
Piña ovado-cónica, de 5-8 cm de longitud, simétrica y sentada. Es característica la implantación en ángulo recto de la piña sobre la rama. Las piñas del pino albar son parecidas a ésta. La abundancia de piñas abiertas en el suelo del bosque va ligada a la presencia de las dos especies citadas.
Su madera es bastante dura y resistente a la putrefacción.
Se ha utilizado en la construcción de barcos, empleándose en ocasiones el tronco como palos mayores de embarcaciones de vela.
En épocas de gran demanda de aguarrás y colofonia se ha llegado a
resinar aunque su rendimiento es inferior al de Pinus pinaster.
En España se cultiva como planta ornamental, ofreciendo la
ventaja de soportar atmósferas contaminadas, y se ha utilizado en
repoblaciones.
Tanto desde el punto de vista forestal (explotación de su madera
de gran calidad) como por su valor ornamental, se han extendido sus
plantaciones.
Debido al contraste de colorido entre su follaje y su corteza
plateada, adquiere gran valor ornamental ya sea en solitario como en
masa.
Su carácter protector es importante en terrenos calizos donde no
puedan implantarse el Pinus halepensis o el Pinus sylvestris aunque los
problemas de regeneración que soporta han contribuido a que no se
utilice con mayor profusión.
Es resistente a la sequía y fríos invernales.
Exige una moderada pluviosidad y prefiere los suelos calizos, frescos y profundos.
Se localiza entre los 800 y 1.500 m., pudiendo alcanzar en el sur los 2.000 m.
La madera de estos ejemplares se utilizó en la construcción de la Catedral de Jaén y en la construcción naval para la Armada Invencible de finales del siglo XVI, y más recientemente en la construcción de las traviesas de vías del ferrocarril.