En 1768 La Carolina se extendía desde la fachada del convento de la Peñuela hasta la Plaza del Ayuntamiento, donde se encontraban estas torrecillas.
En 1880 se trasladaron a su actual ubicación, al principio del paseo del Molino de Viento.
La columna de la derecha se dedicó a Carlos III y la otra a Carlos IV.
Las zonas centrales, de ambas columnas, reflejan la vida diaria de los colonos.
Construidas para flanquear el paso a la plaza de la aduana, donde se cobraban los impuestos y peajes.
En 1792, fueron trasladadas para guarecer la entrada norte de la ciudad.
En el plano original de la ciudad se diseñó levantar una torre por cada vértice de la ciudad.
Construcción de estilo Neoclásico, con una asombrosa sencillez, es uno de los monumentos mas conocidos y representativos de la ciudad.
Estas construcciones pretendían dar una arquitectura señorial a la Capital de las Nuevas Poblaciones y una revolución al urbanismo de la época.
En 1996 se anexaron al monumento placas de cerámica que hacen mención a los bandoleros de Sierra Morena y a la entrega del Fuero de las Nuevas Poblaciones de 5 de Julio de 1767.