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Calle Carretas
Caminos o calles
Antiguamente estaba dividida en dos calles, la Calle Cantareras y la Calle Coracha.
Dedicada a Ángeles Casero Marchal, por ser la calle de su infancia.
La Calle Cantarerias fue la prolongación de la Calle Coracha (actual
Calle Carretas) entre la Calle Val de Elvira (Calle Vandelvira) y el
Callejón de Pedro Díaz.
Se conoció también como Calle Cruz de
Piedra, presumiblemente por alguna cruz que diera acceso al cementerio
de la Iglesia de San Ildefonso.
De que la muralla de Jaén
tuviera o no coracha (pasillo fortificado saliente de la muralla
conectando con una torre) quedó al menos constancia por la calle de su
nombre, calle Coracha.
En 1430, según el acta notarial del descenso fueron lugar de paso de
la Virgen de la Capilla, cuando bajando por la Calle maestra de San
Ildefonso (Calle Ancha, actual Calle Muñoz Garnica.) la comitiva rodeó
su cementerio, presumiblemente por un tramo de la calle llamada en el
siglo XVIII Pocasangre (Calle San Fernando), el llamado Callejón de
Pedro Diaz, para pasando junto a las Cantarerias rodear el templo hasta
un altozano a espaldas de la capilla.
Aquí se encontraba las famosas Cantarerías de la Coracha.
A diferencia de tenerías y molinos dispersos por la ciudad, las afamadas cantarerías de Jaén se concentraron desde la baja Edad Media en los adarves de San Ildefonso (Barrio de San Ildefonso). En ellas se fabricaron entre otros, los ladrillos del palacio episcopal (Obispado).
Reducidas a la fabricación de ladrillos, cantaros y tejas, citaba A. Cazaban que trabajaban vidriados de todos los géneros con labores estilizadas así como jarras y figuras de estilo caprichoso, "siendo la tierra de los Villares la que se utiliza para esta cerámica que alcanzó importancia muy grande”.
Al menos tres cantarerías subsistían en esta calle en el siglo XVIII. La mas pequeña era la del Convento de Santa Ana, y proximas a ella se encontraban dos cantarerías que formaban parte del capital de la capellanía que fundara el canónigo Garci Fernandez de Cabrera y gozaba el presbítero sacristan mayor de la Catedral de Jaén don Miguel de Lamas y Palma.
La mayor hacia esquina con la Calle Val de Elvira, de 28 x 19 metros, y la menor, de 13 x 15 metros, lo hacia con los adarves.
Todas con los elementos indispensables para su labor: horno, balsas, pajar y el obrador.