Etimología: Del griego "myrtos" que significa perfume, por ser
planta muy aromática. "Myrtus" era el nombre que daban los romanos al
mirto.
El otro nombre "arrayán", por el que también se le conoce, proviene del árabe ar-Rayhan o Rihan (el "aromático").
Arbusto de follaje perenne que puede alcanzar hasta los 3 metros de altura.
Hojas coriáceas y relucientes, ovatolanceoladas, agudas y opuestas, que al restregarlas son muy aromáticas.
Las flores de los mirtos son blancas, nacen de las axilas de las hojas y se disponen sobre unos pedúnculos más o menos largos.
Tienen como fruto unas bayas negras azuladas comestibles que enriquecen el colorido del arbusto.
Toda la planta es muy olorosa y aromática, lo cual podemos
comprobar si cogemos una hoja y la desmenuzamos entre nuestros dedos.
Contiene una alcohol, el mirtol, que le confiere propiedades
balsámicas, antisépticas y sedantes, por lo que se ha usado
tradicionalmente en el tratamiento de afecciones pulmonares y
bronquiales.
Debido a su tanino y esencias y, antiguamente, en cosméticos.
Las bayas de mirtos se usan como condimento.
Elementos para curtir la piel.
Su madera del mirto es dura y moteada y se puede usar para artículos torneados (ebanistería) o para hacer carbón vegetal.
Se utilizan en grupos, en manchas y en setos.
Viven los mirtos en todo tipo de terreno.
Sólo se desarrollan en aquellas zonas en las que el invierno no es muy duro. Soporta heladas débiles.
Esta especie requiere climas suaves, donde la sequía estival no sea excesivamente acusada y suelos frescos y algo húmedos.