Se trata de un edificio que ha sufrido múltiples reformas a lo largo de
los siglos.
Esta ermita alberga a la patrona de la localidad, la Virgen
de la Piedad, talla, muy venerada, realizada por Agustín Sánchez-Cid en
1937 tras la destrucción de la anterior imagen.
Originariamente la ermita respondía al estilo constructivo de las
ermitas de repoblación, nave coronada por un ábside de planta semicircular.
En el siglo XVI sufrió una ampliación.
Pero su
aspecto actual se debe a las obras realizadas en 1854, se realizó el
camarín de la virgen y se abovedó su interior.
Finalmente en 1958 se
redecoró con las pinturas murales.