Es un gran arbusto, que llega hasta los 4 metros de altura.
Destaca por sus hojas anchas, poco endurecidas y perennes (tipo laurifolio).
Vive en barrancos frescos y umbríos, en sotobosques de encinares, quejigos y alcornoques.
Su nombre hace referencia a la dureza de sus hojas.
No soportan las bajas temperaturas.
Vive en el área mediterránea de forma espontánea y también es muy utilizada en jardinería.
Las hojas son opuestas, con pecíolos cortos. Son coriáceas de color verde oscuro en el haz y más claro en el envés. El contorno es ovado oblongo, de borde entero y con mechoncitos de pelos en el envés colocados en la axila de los nervios.
Las hojas son muy amargas y se han utilizado contra las fiebres en forma de cocimiento.
Los frutos se dan de septiembre a enero.
El Fruto es una drupa tóxica.
Fruto subglobuloso ovoide, de color azul metálico o casi negro, con una semilla de unos 8 mm de diámetro.
Frutos con brillo metálico, maduros a principio de invierno, que pueden convivir con las flores primerizas de la temporada siguiente.
Nativo del Sur de Europa, Norte de África.
Puede crecer como un pequeño árbol.
Tiene hojas opuestas, grandes y anchas, relativamente duras y brillantes por el haz; el margen de las hojas es entero y suavemente pubescente.
Las flores se dan de febrero a mayo.
Las flores son pequeñas y blancas, se encuentran agrupadas en inflorescencias que parecen umbelas.
Es una planta de zonas sombrías y húmedas, propia de los encinares o de zonas donde han existido estos árboles.