Hijo de Urraca I y de su primer marido, Raimundo de Borgoña, al fallecer su padre en 1108 heredó el título de conde de Galicia.
Tras la muerte del padre de Alfonso, Raimundo de Borgoña en 1107, y de su abuelo Alfonso VI en 1109, su madre se vio obligada a contraer un nuevo matrimonio para poder acceder a los tronos del Reino de León y del Reino de Castilla. El elegido resultó ser el rey aragonés Alfonso I el Batallador y provocó el rechazo de amplios sectores de la nobleza.
Entre los contrarios a este enlace matrimonial se destacaron los nobles gallegos debido a la pérdida de los derechos al trono del Reino de León y al trono del Reino castellano de Alfonso Raimúndez tras el pacto matrimonial firmado entre Urraca y Alfonso I y que suponía en la práctica la pérdida de los derechos del infante a suceder a su madre en el trono.
La nobleza gallega encabezada por el obispo de Santiago de Compostela y el tutor del infante, el conde de Traba, Pedro Froilaz se rebelaran en 1110 obligando a Alfonso el Batallador a intervenir en el condado gallego para restablecer el orden.
El 17 de septiembre de 1111, con el apoyo de su madre que se encontraba inmersa en una de las continuas desavenencias con su marido, fue coronado rey de Galicia en la catedral de Santiago de Compostela.
A la muerte de Alfonso VI, se proclama Rey de Galicia en 1109.
En 1111 es consagrado por Gelmírez en la catedral compostelana.
De sus amoríos con Gontrada Pérez (o Guntroda Díaz) nació Urraca Alfonso (1126 - 1189), casada en 1144 con el rey García Ramírez de Navarra el Restaurador.
El 10 de marzo de 1126, tras la muerte de su madre, Alfonso VII fue coronado rey de León en la catedral de León y de inmediato emprendió la reclamación del Reino de Castilla en el que su padrastro, Alfonso I de Aragón, contaba con importantes guarniciones militares que le aseguraban su dominio.
Burgos y Carrión de los Condes cuya población se decanta por el nuevo rey y en 1127 entregan las plazas a Alfonso VII.
Alfonso el Batallador reacciona y se dirige contra Alfonso VII al frente de un numeroso ejército. Ambos se encuentran en el valle de Támara. Sin embargo no se produce un enfrentamiento entre los ejércitos debido a que los dos monarcas tienen situaciones más graves a las que hacer frente: Alfonso VII debe hacer frente a las veleidades territoriales de su tía Teresa de León, y Alfonso I a las de los almorávides.
Se llega entonces a un acuerdo que se plasma en un pacto conocido como las Paces de Támara y en el que se establecen las fronteras entre el reino castellano y el aragonés volviendo a los límites fijados por Sancho III el Mayor y se zanjan las diputas entre ellos renunciando el monarca aragonés al título de emperador.
Se dirige entonces hacia Galicia desde donde se interna en el condado Portucalense, que rige su tía Teresa, y tras arrasarlo vuelve a León para casarse.
En 1128 se casa, en el Castillo de Saldaña (Palencia), con Berenguela de Barcelona, hija del conde Ramón Berenguer III y, por tanto, hermana de Ramón Berenguer IV.
Durante la boda, se registró la primera corrida de toros conocida en la historia taurina de España, celebrada en la Plaza Vieja de Saldaña o Plaza de los Francos.
De esta unión nacieron:
Sancho el Deseado (1134 - 1158), rey de Castilla con el nombre de Sancho III;
Ramón (1136 - 1151);
Sancha (1137 - 1179), casada en 1157 con el rey Sancho VI de Navarra;
Fernando (1137 - 1188), rey de León con el nombre de Fernando II;
Constanza (1141 - 1160), casada en 1154 con el rey Luis VII de Francia;
Garcia (1142 - 1146);
Alfonso (1145 - 1149).
Ese mismo año logra que su tía Teresa de León reconociera su soberanía aunque dicho reconocimiento sería efímero porque el 24 de junio Teresa se ve obligada a huir a Galicia cuando su hijo, Alfonso Enríquez, la derrota en la batalla de San Manuel y que será el origen de la futura independencia de reino portugués.
En 1130 depone a los obispos de León, Salamanca y Oviedo que se habían mostrado opuestos a su matrimonio con Berenguela. Esto provoca el rechazo de parte de la nobleza encabezada por Pedro González de Lara, Bertrán de Risnel y Pedro Díaz de Aller que se rebelan contra el monarca y toman Palencia. Alfonso VII acude a la ciudad y restablece el orden apresando a los cabecillas
Tras la muerte, sin descendencia, del rey navarro-aragonés Alfonso I el Batallador (1134), Alfonso VII reclamó el trono de su padrastro alegando para ello ser bisnieto de Sancho III el Mayor.
La candidatura de Alfonso no fue aceptada, ni por los nobles aragoneses, que nombraron rey de Aragón al hermano de Alfonso I, Ramiro II el Monje, ni por los nobles navarros que eligieron como rey de Navarra a García Ramírez.
A pesar de ello Alfonso ocupa La Rioja y Zaragoza ciudad que entregaría al recién nombrado rey navarro a cambio de su juramento de vasallaje.
Posteriormente, apoyado por nobles del norte de los Pirineos, controló amplios territorios del sur de Francia, llegando hasta el río Ródano.
Lo que le valió para retomar la vieja idea imperial de Alfonso III y, el 26 de mayo de 1135, se hace coronar, en la Catedral de León, Imperator totius Hispaniae (Emperador de todas las Españas), por el obispo Arriano ante Guido de Vico, legado del papa Inocencio II. En dicha ceremonia recibirá el homenaje, entre otros, de su cuñado Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, de su primo el rey García Ramírez de Navarra, del conde Alfonso Jordán de Tolosa y otros señores y embajadores de Gascuña y del Midi (sur de Francia), de Armengol de Urgel, y representantes de varios de los principales linajes musulmanes, como el caudillo ismaelita Sayf al-Dawla más conocido como Zafadola. No asisten su también primo Alfonso Enríquez ni el rey aragonés Ramiro II con el que se encuentra enemistado por la ocupación de Zaragoza.
Esta enemistad con el monarca aragonés se resuelve en 1136 cuando Alfonso VII desposee del señorío zaragozano al rey navarro y se lo ofrece a Ramiro II de Aragón en el pacto por el que llegan tras acordar la boda de sus hijos Petronila y Sancho, aunque finalmente el matrimonio no se celebrará ya que Petronila se casa con el conde barcelonés Ramón Berenguer IV lo que va a suponer la unión entre el condado de Barcelona y el reino de Aragón.
Asegurado el flanco aragonés de su reino, desde 1139 Alfonso VII centra su atención en el sur peninsular ocupada por los almorávides y los almohades.
Intervino en los enfrentamientos entre las dos dinastías bereberes y llevó a cabo expediciones y ataques de saqueo incitando a las poblaciones a sublevarse contra ellos para lo cual contó con la ayuda de dos caudillos hispanomusulmanes: el ya citado Zafadola y Ibn Mardanish conocido como el rey Lobo.
En 1139 tomó el castillo de Colmenar de Oreja desde el que se amenazaba Toledo, en 1142 se hace con Coria, en 1144 con Jaén y Córdoba aunque esta última volverá a caer ese mismo año en manos musulmanas.
En 1146 se produce una invasión almohade que tras desembarcar en Algeciras se hacen con importantes territorios por lo que Alfonso VII se ve obligado a pactar con el caudillo almorávide Ibn Ganiya para organizar la resistencia.
Se entrevista con Ramón Berenguer IV y con García Ramírez y acuerdan la conquista de Almería en poder de los almohades. Para ello cuentan además con el apoyo de la flota genovesa y con cruzados franceses que responden al llamamiento que ha realizado el papa Eugenio III. Almería es tomada en octubre de 1147.
De sus amoríos con Sancha Fernández nació Estefania (1150 - 1180).
En 1150 fallece el monarca navarro García Ramírez y Alfonso VII firma el 27 de enero de 1151 el Tratado de Tudilén, en el que se reconoce al Ramón Berenguer IV el derecho de conquista sobre Valencia, Denia y Murcia, a cambio de repartirse el reino de Navarra.
En julio de 1152 se casa con Riquilda de Polonia, hija del duque Ladislao II el Desterrado. Tuvieron dos hijos:
Fernando (1153 - 1155)
Sancha (1156 - 1208), casada en 1174 con el rey Alfonso II de Aragón.
En 1157, los almohades recuperaron el control de la ciudad de Almería y Alfonso VII parte para intentar reconquistarla. Fracasa en el intento y cuando regresaba a León, muere en el Paraje de La Fresneda, 21 de agosto de 1157.
Queda constancia de que el monarca pasó noche en el pueblo de El Viso del Marqués (Ciudad Real) y se especula que su muerte pudo tener lugar allí.
Fue enterrado en el monasterio de Sahagún
Sus dos hijos se repartirán el reino que, nuevamente, quedó dividido en dos: los Reinos de Galicia y León, por un lado, y el Reino de Castilla, por otro.