Oficial de carrera durante los tiempos de la monarquía.
Ascendió a general de brigada en 1793 y a general de división en 1797.
Sus extraordinarias proezas en las campañas de 1800, 1805, 1806 y 1807 le valieron el sobrenombre de general audaz.
En 1808, tras recibir el mando del Segundo Cuerpo de Observación de la Gironda para la campaña de Portugal y posteriormente de España, se le consideraba candidato seguro para recibir el bastón de mariscal. De hecho fue esta ambición lo que le perdió en Bailén por su tozudez en no defraudar al Emperador y alcanzar Cádiz.
La derrota que sufrió en Bailén fue calificada por Napoleón con estas palabras: Desde que el mundo existe, no ha habido nada tan estúpido, tan inepto y tan cobarde (carta de Napoleón a Clarke, ministro de la Guerra , el 3 de agosto de 1808 desde Burdeos).
Dupont estaba obligado como soldado a sacrificar su vida y la de sus soldados en beneficio del resto de las tropas que estaban en condiciones de combatir y de haber desempeñado un importante papel en el resto de las operaciones del ejército francés en España.
Por ello, Napoleón sometió al general Dupont y a cuantos participaron en las Capitulaciones de Andújar a un largo proceso y a un juicio en el Alto Tribunal de Justicia, que les condenó a severas penas.