En la calurosa jornada del 19 de julio, muchos bailenenses, la mayoría, mujeres, niños y ancianos se lanzaron al campo de batalla para ofrecer agua y asistencia a cuenta, que durante el fragor de la batalla se acercó con un cántaro a dar de beber al General Reding, cuando, una bala francesa lo quebró, recogiendo la base del cántaro y dándole de beber.