Sitios > Europa > Unión Europea > España > Castilla y León > Provincia de Burgos > Atapuerca
Sima de los Huesos
Prehistórico
Pequeña cámara situada en la base de un pozo de 13 metros de profundidad que se halla en la parte más profunda de la Cueva Mayor.
En él se ha encontrado una gran cantidad de huesos de animales y humanos magníficamente conservados.
Los sedimentos con restos humanos de este lugar datan de hace 430 000 años como mínimo,19 es decir, del Pleistoceno medio.
Lo que hace importante este yacimiento es la gran cantidad de restos humanos encontrados, más de 6500 restos fósiles, que pertenecen a un grupo de al menos 28 individuos (NMI)19 de una única paleopoblación de la especie Homo heidelbergensis (considerada ancestro de Homo neanderthalensis) de muy diferentes edades y ambos sexos. Estos restos representan más del 90 % de los fósiles humanos recuperados para el Pleistoceno Medio de todo el mundo.
De los restos humanos recuperados destacan diecisiete cráneos,19 entre los que se encuentra el cráneo número 5 que es el cráneo de Homo heidelbergensis mejor conservado del mundo y recibe, popularmente, el nombre de "Miguelón" en honor a Miguel Indurain.
Hay gran cantidad de huesos de todo tipo, desde pelvis, como la llamada Elvis, hasta los huesos del oído. "Elvis" es la pelvis más completa del registro fósil. Perteneció a un individuo masculino, de 175 cm de altura y 95 kilogramos de peso.
Se ha llegado a la conclusión estudiándola de que el Homo heildebergensis era tan alto como nosotros, pero más robusto. La cavidad pélvica era mayor, facilitando el parto en las mujeres.
Se cree que este era un lugar de enterramiento humano y de culto a los difuntos, únicamente se ha encontrado una herramienta lítica entre todos los restos, esta herramienta, un bifaz, está sin usar y es de cuarcita roja; fue encontrado en 1998 y recibió el nombre de Excalibur. Se considera que Excalibur es un presente a alguno de los difuntos enterrados en este lugar, lo que indicaría la existencia de una mente simbólica y reflexiva, preocupada por los problemas eternos de la vida y la muerte y con capacidad de sentimientos. Esto señala a Homo heidelbergensis como un ser humano completo, ya no en lo físico, sino en lo espiritual.