La sepultura fue expoliada entre 1914-18 y, como la mayoría de los túmulos de la necrópolis, presenta una elevación con un agujero central en forma cónica, abierto hacia el oeste.
Su situación en ladera hacía que sólo se distinguiera el túmulo hacia el sur.
Es un buen ejemplo de las sepulturas que menor esfuerzo y complejidad arquitectónica presentan en su construcción y que se sitúan alrededor de otras más complejas, en este caso de la sepultura 75 (Necrópolis Ibérica de Tútugi. Túmulo 75).
Se recorta la ladera del cerro para realizar una plataforma de unos 4 metros de ancho.
En esta superficie y pegados al recorte del terreno se excavan la cámara y el pasillo con una profundidad media de 70 cm. desde la plataforma inicial.
Una gran piedra cierra el pasillo.
Los suelos y las paredes, tanto de la cámara como del pasillo están directamente recubiertos por una capa de yeso, sin preparación previa de ningún tipo.
Un túmulo de tierra vuelve a cerrar el espacio por encima de la cámara y el pasillo.