En los últimos siglos del II milenio a.C. aparecen en la Alta Andalucía nuevos elementos culturales, quizá conectados a pequeñas aportaciones humanas, que dan lugar a la consolidación de una nueva cultura, el Bronce Final del Sudeste, que en poco recuerda a la anterior Cultura del Argar.
La estructura económica se basa en un fuerte componente pastoril poco especializado. La población basará ahora su dieta en los rebaños de ganado vacuno y en los pequeños rumiantes (ovejas y cabras) cuyo número aumenta considerablemente. Estos últimos animales proporcionaban leche y lana junto a la carne, apreciándose un mejor aprovechamiento de estas especies.
La cerámica es siempre a mano y se distinguen dos conjuntos importantes: Las cerámicas cuidadas están espatuladas o bruñidas. La decoración es acanalada o bruñida. La forma clásica es la carenada, destacando los cuencos de carena alta, borde saliente y onfalos en la base. La cerámica tosca es propia de grandes vasos que tienen la base plana, el galbo panzudo y el cuello indicado. La decoración de esta cerámica está practicamente ausente. Únicamente se dan casos de series de mamelones y de impresiones digitales.
La industria de sílex está representada por lascas, raederas y núcleos. trabajada in situ y la de piedra pulimentada por hachas.
Aparecen pesadas hachas de cobre con talón o anillas que tienen un valor de cambio y prestigio.