Construcción musulmana, que constituyó un punto fuerte de la defensa de la ciudad de Granada ante el avance cristiano desde Alhama de Granada.
Fue tomada por el Gran Capitán el 26 de abril de 1491, capturando a 30 cautivos. Ese mismo año, el rey Fernando el Católico mandó derribarla, lo cual no llegó a realizarse.
Conserva un arco en planta baja del posible mihrab. Está decorado con gallones y arquivolta de lóbulos; la mitad de la circunferencia que forma con el diámetro del mismo aparece embellecida con grabados de yeso en figuras geométricas perfectamente ejecutadas, que recuerdan otras de época califal.
El Torreón es una fortaleza con edificaciones y murallas alrededor, de gran interés por su estructura y decoración interior (arcos de herradura, arquivoltas de gallones, columnas de yeso con capiteles…).
Formaba parte de una fortificación utilizada como refugio de las alquerías en caso de peligro o ataques militares.
Desde la terraza se puede contemplar toda la vega, de ahí la importancia estratégica de esta torre para la defensa del territorio.
De planta rectangular y 15 metros de altura, actualmente se conservan 3 plantas del complejo trazado e irregular distrubución.
Planta baja sin comunicación con las restantes y con entrada independiente desde el exterior; la forman dos naves con bóveda apuntada la primera, escarzana la segunda, de arista en la zona central que las une, muy toscas todas; sin más huecos que el de entrada.
Planta primera con acceso desde la casa que tiene adosada por el extremo este, de disposición similar a la inferior, pero con espacios mucho más amplios a costa de los gruesos de los muros; tres medios cañones, el central-transversal más alto, lo que origina los obligados lunetos en el encuentro; al fondo de la nave de acceso, la escalera, abovedada, con desarrollo transversa, de ancho más que generoso y por tanto inusual.
Planta segunda con una sola estancia, ventana mirando al norte; techo de recia vigas de madera apoyadas en zapatas igualmente recias, viguetas transversales y tablazón; segundo tramo de escalera, similar al inferior, a través del cual se accede a la azotea que hoy corona la edificación.
Antes podríamos haber subido al menos una planta más, pues la torre perdió al menos una planta y dos bóvedas, a principios del siglo XVI, por orden de Doña Juana de Castilla (apodada la Loca).
Las yeserías de la torre y azulejos nos demuestran una gran riqueza decorativa. Donde originariamente existía una ventana, en el siglo XVI se convirtió en un balcón hacia la plaza, colocándose la rejería en esa época.