Árbol perennifolio, monoico, que alcanza los 60 m de altura.
Corteza parda agrietada longitudinalmente.
Porte generalmente piramidal. Ramas abundantes y densas.
Hojas escuamiformes sobre ramillas aplastadas, de color verde oscuro por el haz y algo más claro por el envés.
Conos femeninos globosos, verdes o blanco-azulados que pasan a pardo-rojizos en la madurez, formados por 8-10 escamas en forma de maza.
Crecimiento: de medio a lento.
Madera de color blanco-crema o pardo-rojizo, con un olor muy característico que recuerda al limón. Muy duradera y apreciada en la construcción de buques, en carpintería de interiores y exteriores, y en la elaboración de traviesas.
Usada en repoblaciones productoras de madera en el norte de la Península Ibérica.
Media sombra o pleno sol. Las variedades de hoja amarilla crecen mejor a pleno sol.
Se adapta bien a climas fríos y templados.
Aunque no crece bien en zonas costeras, necesita un ambiente húmedo.
Hay que protegerlo de los vientos fuertes.
Los Chamaecyparis dan sus mejores resultados en terrenos frescos y profundos, siendo poco adecuados para climas secos.