Carpóforo de tamaño variable, se pueden encontrar ejemplares desarrollados de 3 cm de diámetro y otro a su lado de más de 10, de forma generalmente esférica o globosa, pero un tanto imperfecta, pues a veces se aplana en la zona apical. Superficie externa de color amarillo citrino mate u ocre amarillento.
Peridio bastante grueso, hasta 3 mm de ancho, de color pálido, recubierto externamente por escamas amarillentas remarcadas que tienden a volverse ocres con la edad y la desecación, de consistencia dura y algo elástica. Se abre por el ápice para liberar las esporas producidas en la gleba.
Pie Prácticamente inexistente, se une al sustrato por una serie de hilos miceliales que a veces parecen un pseudoestípite.
Gleba solo al principio blancuzca o rosada, pronto se vuelve gris y luego negruzca con la maduración de las esporas. Es de consistencia dura de joven, luego pulverulenta. Su olor es penetrante y desagradable.
Especie epigea, es decir, desarrolla sus cuerpos fructíferos sobre la tierra. Es muy común y abundante sobre terrenos arenosos, sin especial predilección por ningún tipo de árbol.
Especie incomestible e incluso ligeramente tóxica. Se caracteriza por su carpóforo amarillento escamado en su totalidad, su peridio grueso, y sus esporas reticuladas no verrucosas, lo que le separa de otros congéneres. El más parecido a él es el Scleroderma cepa, menos escamado y menos amarillento, y también guardan cierta similitud el Scleroderma verrucosum, con una especie de pie bien marcado, y el Scleroderma areolatum, de peridio muy fino, todos ellos tienen esporas verrucosas.