Las aguas que abastecen el lavadero son idénticas a las de la cercana fuente de la Reina. Brotan en una poza rectangular bordeada por cuatro piedras de lavar a ras de suelo en cada lado.
Si el visitante se acerca con sigilo podrá apreciar grandes barbos que salen debajo de la piedra de la mana el agua para alimentarse.
Es el lavadero de mayor antigüedad y fama del municipio.
Era muy concurrido por las lavanderas en todas las estaciones del ańo.
En la actualidad ha sido restaurado con fines recreativos.
A unos 50 metros encontramos una zona recreativa a la sombra de eucaliptos donde poder comer.