De aquél primitivo templo gótico quedan detalles en el ábside mayor o en la sacristía.
En esta iglesia se combinan partes góticas, correspondientes al origen de su construcción, con un renacimiento final de connotaciones manieristas debidas a las amplias reformas que en pleno siglo XVI realizaron los arquitectos Francisco del Castillo El Viejo y Francisco del Castillo El Mozo.
De planta rectangular o de salón dividida en tres naves por pilares cruciformes de orden toscano.
La nave central tiene el doble de anchura que las laterales, cubriéndose en sus dos tramos principales por cúpulas de media naranja rebajadas sobre pechinas.
Las laterales están cubiertas por bóvedas de medio cañón, formando lunetos de igual altura que la central.
La capilla mayor destaca del resto por conservar su traza gótica, cubriéndose con bóveda de crucería, influenciada por el primitivo proyecto de la Catedral de Jaén.
El resto puede considerarse renacentista con sus cúpulas sobre pechinas.
El resto de las cubiertas son manieristas con decoración geométrica.
La torre campanario tiene un balcón que da a la plaza. En ella se localiza el escudo heráldico perteneciente al obispo de Jaén don Sancho Dávila y Toledo (1600-1615).
Tiene dos portadas
La portada principal, a los pies, es de finales del XVI.