Sus ramas son de color verde o rojizo, blanquecinas por la presencia de pilosidad, más o menos abundante.
Las hojas de color algo grisáceo sobre todo por el envés, tomentosas, nacen enfrentadas, son largas y estrechas, de borde entero.
Las flores están apiñadas en densas espigas terminales de forma cuadrangular, que llevan en su terminación un conjunto de brácteas estériles de color violeta o rojizo.
El cáliz es pequeño y queda oculto por la bráctea, es recorrido por 13 venas.
Corola de color morado oscuro.
Las flores forman lineas verticales que recorren el conjunto de la inflorescencia.
Esporofilos de 4-8 mm de largo, acorazonados-romboidales, de color violeta amarronado, membranosos, tomentosos de gris en 4 hileras, los superiores agrandados, sin flores axilares, de 1-5 cm de largo, ovalados, púrpuras hasta violeta azulado.
El penacho coloreado sirve para atraer a las insectos.
Florece en primavera y principios de verano, a partir del mes de marzo, según el clima donde habite.
Se distribuye por toda la región mediterránea.
Habitando en matorrales abiertos, desarrollados sobre suelos sin cal, silíceos, como granitos, cuarcitas, pizarras, etc.
También en los básicos originados sobre serpentinas y peridotitas.
En altitud se extiende hasta los 1000 m y en alguna de sus variedades hasta los 1800 m.
Va asociada muchas veces a la jara y al tomillo blanco o mejorana silvestre (Thymus mastichina L.).
En la Península Ibérica es muy común.
En las Baleares crece en Menorca e Ibiza.
También en Macaronesia (Islas Canarias) donde puede haber sido introducida.
El nombre del género deriva del verbo latino lavo: lavar, purificar.
El específico procede del griego stoichas: alineadas y aludiría a la disposición ordenada de las flores.
Se ha utilizado en medicina como antiséptica, limpiando con su esencia heridas y llagas.
Puede tomarse en infusiones para las afecciones del pecho y bronquios.
Incluida en la flora apícola por su gran producción de néctar.