Abunda en pasto con piedras y pasa desapercibida por su pequeña estatura.
Planta bulbosa, pequeña y delicada
Familia liliáceas.
Las primeras tormentas de finales de verano y de principios de otoño despiertan al bulbo enterrado.
Hojas semicilíndricas que están extendidas por el suelo formando una roseta.
Surgen entonces los tallos floríferos, endebles, de hasta 20 cm de altura, afilos y rematados por el racimo de numerosas flores pedunculadas, con 6 tépalos de un bello azul morado, que progresivamente se abrirán de abajo a arriba a medida que crece el tallo.
En el inicio de floración, las hojas no son aún visibles. Aparecerán después, filiformes y de sección semicircular, todas ellas en roseta basal.
El fruto, la cápsula, se abrirá en 3 lóculos para mostrar las semillas negras, similar a la de su pariente, el jacinto bastardo (Dipcadi serotinum).
Sus semillas (pequeños granitos negros) suelen perdurar algún tiempo sobre el tallo ya seco y se desparraman cuando maduran con cualquier movimiento.
No es muy común y pasará desapercibido si no se atrapa en flor.