Es el recinto funerario del arzobispo Anaya, de quien dice la inscripción de la reja de su tumba: “Aquí yace el… señor don Diego de Anaya, arzobispo de Sevilla, fundador del insigne Colegio de San Bartolomé… ”.
En la parte central está el sepulcro del fundador de la capilla y
patriarca de la familia Diego de Anaya, obispo de Salamanca y arzobispo
de Sevilla, devoto de San Bartolomé y mecenas que fundó el Colegio Mayor
de San Bartolomé o Colegio Viejo (el más antiguo de Salamanca). Está realizado en alabastro, posiblemente por un maestro alemán. Se trata de una cama con bulto funerario tenida por leones rodeada de relieves –Cristo, María y apóstoles-, bajo arquerías; encima, el yacente del arzobispo, un Calvario en la cabecera y un escudo de armas a los pies. Lo circunda una reja gótica del primer tercio del siglo XVI, llena de decoración y con constantes alusiones a la muerte, con ciertos toques platerescos, de altísima calidad artística.
Otros miembros de la familia Anaya se encuentran enterrados en la misma
capilla, donde dos de las tumbas conservan los colores originales con
los que fueron hechas. Sobresale el que se encuentra en un arcosolio de los pies, bajo la tribuna del órgano, correspondiente a los señores Gutierre de Monroy.
Además en la capilla se conserva un órgano que pasa por ser uno de los
más antiguos que existen, que debería fecharse en el siglo XIV;
actualmente se encuentra colocado encima de un magnífico podio de estilo
mudéjar y conserva pinturas en el frente que representan una
Anunciación. Restaurado, el órgano está actualmente en funcionamiento
perfecto.
Esta capilla fue reformada en el siglo XVI, como puede apreciarse en la bóveda estrellada que cubre el techo de la misma.