En 1998 se descubrieron una serie de huellas humanas calzadas y de animales (cabra y perro), frente a la puerta suroeste de acceso al foro. Quedaron impresas en la segunda mitad del siglo I d.C., probablemente a consecuencia de una lluvia. Es un documento importante dado que es raro hallar este tipo de vestigios en los yacimientos arqueológicos.