Su construcción es contemporánea a la primira fortificación conocida de la ciudad, a finales del siglo III a.C.
Se conocen tres estancias de la casa, siendo la más importante la central.
Bajo el piso de esta gran sala, pavimentado con una argamasa de cal, piedra y pequeños trozos de crámica (signinum), existe un depósito o cisterna de 4 m. de profundidad con capacidad para unos 20.000 litros de agua, que se cubría con vigas de madera.
El suministro de agua llegabe a través de una tubería cerámica desde un poxo de decantación situado en el patio triangular.
El agua procedía de la recogida de la cubierta de la Torre VI durante las lluvias.
La sala central comunicaba con el patio por uno de sus lados, y por el otro con otra habitación identico pavimento y excavada parcialmente.
Su cubierta plana servía de adarve o paso recorrido por los centinelas.
Esta construcción, dotada de elementos arquitectónicos ciertamente desarrollados para la época de su establecimiento, revela la intervención de constructores no ibéricos, probablemente cartagineses.