La palabra Phytolacca proviene del griego Phyton = planta y lacca = laca, aludiendo al color carmín del jugo del fruto de algunas especies. La palabra dioica alude a la separación de las flores femeninas y masculinas en pies diferentes.
Árbol semicaducifolio
De buen porte pudiendo alcanzar hasta los 15 a 18 metros de altura,
Con la copa densa, redondeada e irregular, con ramas gruesas.
De grueso tronco que puede alcanzar los 3.5 a 4.5 metros de diámetro. Tronco cilíndrico, muy ensanchado en la base, llegando a formar con el paso de los años una peana de la que pueden salir otros troncos. Además su madera tiene un alto contenido en agua que lo hace idóneo para soportar sequías, por lo tanto su madera no sirve para quemar.
Corteza áspera, fisurada, castaño-amarillenta.
Hojas alternas, simples, de elípticas a ovadas u oblongas, de 5-13 x 2,5-7,5 cm, con la base cuneada o redondeada, el margen entero y el ápice agudo o acuminado; son de color verde lustroso, glabras, con el nervio central marcado. Pecíolo de 2-8 cm de longitud.
Racimos terminales, de 7,5-15 cm de largo, con flores unisexuales, en pies separados, sobre pedicelos de 4-5 mm de largo.
Flores masculinas con 5 tépalos, de ovados a elípticos, de unos 3,5 mm de largo, blanquecinos; androceo con 20-30 estambres, libres, exertos; ovario rudimentario.
Flores femeninas con 5 tépalos, de ovados a elípticos, de unos 4 mm de largo, blancos; estaminodios alrededor de 10; ovario súpero, globoso, con 7-10 carpelos semisoldados; estilo recurvado, muy corto, de 1 mm de largo.
Infructescencias de 15-20 x 2,5-3 cm, con numerosas bayas deprimido-globosas, con surcos entre las semillas, de 0,8-1 cm de diámetro, amarillentas, tornándose negruzcas en la madurez
Semillas ovoide-comprimidas, de unos 3 mm de largo, de color negro brillante.
Se multiplica por semillas.
Especie poco exigente y bastante rústica en general.
Posee un crecimiento muy rápido.
No debe plantarse cerca de edificaciones por la agresividad de sus raíces.
Su nombre del idioma guaraní en el cual significa sombra. Cuenta la leyenda que durante la creación el árbol le pidió a Dios no ser bello, pero sí servir para dar sombra y cobijo a la gente de allá y que por aquellas tierras se le conoce como “Bellasombra”.