Su colorido dominan los tonos marrones, aunque existen ejemplares más
oscuros y otros más rojizos, estos últimos distribuidos en el pasado
principalmente en la zona sur del río Duero.
Los individuos jóvenes presentan generalmente tonalidades grisáceas muy
apagadas durante el invierno, mientras que en el verano tienen un
característico color marrón oscuro.
Manchas blancas en los belfos, llamadas "bigoteras".
Líneas verticales negras o muy oscuras que recorren el frente de sus patas delanteras.
Marca oscura a lo largo de su cola.
Mancha oscura alrededor de la cruz, llamada "silla de montar".
Estas marcas son las que le han valido a la subespecie el nombre de signatus, que significa "signado", es decir, con señales o marcas.
Sus cerebros están altamente desarrollados, por lo que estos animales
están considerados como muy inteligentes.
42 piezas en sus fuertes mandíbulas.
Amplia caja torácica.
Voluminosos músculos maseteros.
Ojos de forma almendrada.
Un lobo adulto puede tener una longitud de entre 100 y 120 centímetros, y una alzada a la cruz de entre 60 y 70 centímetros.
Los machos adultos suelen superar los 40 kg. y las hembras los 30.
Las hembras tienen unas dimensiones y peso inferiores a los de los machos.
Las hembras se distinguen casi únicamente por el volumen de la cabeza, en
proporción marcadamente mayor en los individuos masculinos.
La edad del lobo en buenas condiciones de supervivencia puede alcanzar los 16 años.
Los lobos pueden recorrer hasta cien kilómetros diarios.
El lobo es un animal social, que vive en manada.
El lobo tiene una camada (en raras ocasiones dos) anualmente, de entre tres a ocho cachorros.
La loba amamanta a sus cachorros mientras que el macho le alimenta a
ella cazando y regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza.
La lactancia dura alrededor de un mes.
Los lobeznos (cachorros de edad inferior a tres meses) son alimentados indistintamente por cualquier miembro de la manada.
Al cumplir los tres meses los lobeznos pasan a llamarse lobatos.
Al cabo de un año tienen ya la morfología de adulto.
Al cabo de un año y medio dejan de ser lobatos para pasar a ser lobos.
Según algunos estudios (Rodríguez de la Fuente) existe una fuerte tendencia a la monogamia en las parejas de lobos.
Cuando despliegan un ataque sobre una presa, los lobos no aúllan ni
ladran, pero sí gruñen y llegan a castañetear los dientes. Por el
contrario, los perros suelen ser extremadamente ruidosos, lo cual ha
servido a veces para poder determinar la identidad de los depredadores
que han llegado a atacar rebaños domésticos.
En el momento en que una manada se hace demasiado numerosa para que el
territorio que ocupa pueda sostenerla, se produce de forma natural una
disgregación de la misma. Uno o más individuos se separan de ella para
formar su propia manada, la cual deberá encontrar un territorio propio
que le proporcione las oportunidades de caza necesarias para su
subsistencia.
La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas, aunque
ocasionalmente puede competir con aves carroñeras por los restos de
animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por
restos provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población
humana.
También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir
alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres.
Sus presas naturales son grandes hervíboros y otros mamíferos de menor porte, como zorros, perros, conejos y liebres. También en ocasiones cazan jabalíes solitarios o atacan al ganado doméstico.
Si el corzo es la pieza preferida por el lobo, no debemos olvidar el papel que juegan en su dieta los roedores y los lagomorfos (conejos y liebres), que varía mucho según las zonas. También otros cánidos, como perros y zorros, pueden formar parte de la dieta de un lobo ibérico, así como tejones o incluso jabalíes, si la manada tiene la suerte de encontrarlos solos.
Los lobos ibéricos raramente forman grupos de más de siete individuos.
En primavera y verano, los grupos se reducen a un número de adultos que
suele oscilar entre tres y cinco en el mejor de los casos. Más común es
la formación de parejas acompañadas a veces de un individuo subadulto.
Los lobos se desplazan en fila india.
Abre la marcha un individuo que actúa como prospector y que transmite algún tipo de
señal al resto del grupo. A veces el lobo prospector podría dejarse ver
deliberadamente para llamar sobre él la atención de la presa.
Centran su atención en presas que evidencian un estado de minusvalía física.
Cuando se trata de capturar conejos, uno o varios lobos actúan a manera de batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca de la entrada de la conejera, adonde la presa acosada acudirá buscando refugio.
Solamente en uno de cada ocho intentos logran los lobos abatir a los
corzos tras desplegar los correspondientes movimientos de estrategia.
En el caso de los ciervos, la proporción de éxito alcanza el uno por
seis.
Contra las presas de gran porte, como vacas, caballos o ciervos, los
lobos infieren heridas en la parte posterior del cuerpo, centrándose
sobre todo en la región ventral.
Contra las presas de mediano y pequeño tamaño, los lobos proceden
mordiendo en el cuello, desgarrando la región cervical, la tráquea y la
glotis. Es el procedimiento normal para matar cabras y ovejas.