En esta ciudad existieron varios cines-teatros ya desaparecidos: Calatrava, primero y Cervantes, después, los dos contaron con respectivas salas de verano, el segundo la tuvo adjunta a su edificio.
Sería inaugurado en 1962, cerrando dos décadas más tarde permaneciendo cerrado hasta entrado el nuevo siglo cuando fue recuperado por el Consistorio para convertirlo en Casa de Cultura.
Del cine sólo se conserva el rótulo, el escenario y el patio de butacas con apenas 215 unidades, ya que, tras la reforma, desaparecieron la platea-general y cabina de proyección.