Un venero de agua potable, antes rodeado de grandes álamos, le da nombre a la aldea (Fuente Álamo).
Su núcleo urbano se agrupa en la pendiente de un pequeño cerro.
Sus calles se adaptan a la difícil orografía del terreno y se organizan entorno a una plaza y una calle principal.
Tiene una pequeña ermita, la Iglesia de San Antonio de Padua, que se remonta al siglo XVIII, y tiene como imagen titular en el altar mayor a San Antonio, patrón de la aldea.
La festividad de San Antonio se celebra el 13 de Junio.
En un lugar algo separado de la aldea, se localiza una atalaya musulmana (Torreón de Fuente Álamo), integrada en un cortijo que lleva, por esta razón el nombre de La Torre (Cortijo de la Torre).
Al sur de la atalaya nos encontraremos las ruinas del prestigioso Baños de Ardales, muy conocido y visitado en otro tiempo, ya que sus aguas sulfurosas, de color azulado, poseen poderes curativos para enfermedades cutáneas y venéreas. En torno a este negocio de los baños se construyó una casa de hospedería, de la cual hoy, entre las ruinas, sólo se pueden reconocer parte de su alzado, columnas de piedra, la espadaña de su antigua capilla y las bañeras, de las que aún emana el agua.