Se denomina balasto a la piedra triturada que se extiende sobre la
explanación de la vía para asentar sobre ella y sujetar las traviesas
que soportan los carriles. Su objetivo es, además, proporcionar una base
drenante y elástica lo suficientemente estable, como mantener la
alineación de la vía frente a posibles procesos de dilatación.
La
etimología deriva de la palabra inglesa ballast, -lastre-, utilizada
para designar el material empleado antiguamente como lastre en las
embarcaciones.
Se obtiene de la trituración de rocas sanas y
debe cumplir ciertas especificaciones en cuanto a la calidad del
material madre y su granulometría.
Para este uso concreto se
requieren rocas resistentes al desgaste por abrasión y al ataque
químico, para poder resistir el desgaste y la degradación resultado del
efecto del martilleo producido por el tráfico ferroviario.