Aunque pobre su ascendencia era de noble y antiguo linaje.
Dejó su tierra natal para convertirse en Doncel de Don Enrique de Aragón, marqués de Villena, maestre de Calatrava.
Fue en el palacio de Don Enrique, donde conoció a la que sería su amada Doña Elvira.
Ambos se enamoraron, pero mantuvieron su amor en secreto.
Quiso la desgracia que Macias tuviera que integrarse con las fuerzas que iban a luchar a Granada
En su ausencia, su señor casó a la dama con un hidalgo muy rico de Porcuna, Hernán Pérez de Vadillo.
A su vuelta, Macias se enteró de la triste noticia, pero siguió carteándose con su amada.
Sabiendo por sus respuestas que vivía siempre en ella la memoria de los amores pasados.
Pero el esposo notó el cortejo del amante trovador.
El marido informó al maestre Don Enrique del ilícito amor de Macias.
Su señor aconsejó a Macias que olvidara esos amores imposibles.
Macias no obedeció a su señor y siguió cortejándola.
El maestre colérico por la actitud del trovador, mandó encarcelar a Macias en la Torre de Arjonilla.
El tiempo que Macias estuvo prisionero en el Castillo de Arjonilla, lo dedicó a cantar sus amores con Doña Elvira, esposa de Don Hernán Pérez de Vadillo.
Además procuraba que sus amorosas poesías llegaran a las manos y oídos de su amor.
La tradición dice que Hernán Pérez de Vadillo mató al trovador arrojándole un venablo a la ventana del castillo. Otra historia cuenta que el marido se puso de acuerdo con los carceleros para asesinarle en la penumbra del calabozo.