Planta herbácea anual de la familia de las cucurbitáceas.
La planta posee grandes hojas verdes formando un dosel sobre los frutos, que nacen de brotes laterales en las axilas de éstas.
Emite zarcillos, por lo que se la puede guiar por una espaldera o dejarla crecer sobre el suelo de forma rastrera.
Los tallos, gruesos y espinosos están divididos en nudos de los que nace un zarcillo y una hoja.
Su fruto, el pepino, es una hortaliza de piel verde más o menos oscura o incluso amarillenta, según la variedad, con forma cilíndrica y alargada de unos 30 cm. El interior es una pulpa blanca y acuosa con pequeñas semillas aplanadas repartidas a lo largo del cuerpo del fruto. Habitualmente se recolecta aún verde y se consume crudo, cocinado o elaborado como encurtido, entonces se suele denominar pepinillo. Fresco tiene menos nutrientes que en vinagre debido principalmente a los ingredientes, entre ellos el eneldo.
Se cultiva desde hace más de 1.000 años A.C.
Aunque se piensa que es oriundo de la India, su cultivo se ha extendido tanto que es difícil determinar su procedencia.
Ya formaba parte de la gastronomía griega (con el nombre de "sikuos") y romana. Según cita Plinio el Viejo, nunca faltaba entre los platos servidos al emperador Tiberio.
Hoy en día, es un ingrediente típico en las ensaladas mediterráneas y su variante encurtida un popular aperitivo.
Fueron los romanos quienes lo introdujeron en Europa y los españoles quienes lo llevaron a América.
Se emplea con frecuencia crudo en las diversas cocinas del mundo como un ingrediente ensalada, aunque existen platos en el norte de Europa conocidos como sopas de pepino que son muy populares.
Además tiene un uso cosmético.
Es un potente hidratante cutaneo gracias, entre otros, a sus vitaminas B y C, y por ello usado en diversas mascarillas o productos hidratantes para la piel.