Es una escultura de bronce de cuerpo entero sobre un pedestal de piedra hecha por Jacinto Higueras.
En el pedestal pone: Alcalá la Real a Martínez Montañes 1568 1649, escultor alcalaíno que trabajó a caballo entre el renacimiento y el barroco. Destacó por ser el mejor imaginero de la escuela sevillana de esa época, especializándose en imaginería religiosa.