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Ermita-Hospedería Madre de Dios del Campo
Religioso, Siglo XV, Siglo XVIII
Las primeras referencias de esta ermita se remontan a 1495, año en que Pedro Sánchez Romo dona al Convento de la Trinidad un palacio situado junto a la ermita.
El templo fue reedificado entre 1738 y 1787, tardándose mucho en la ejecución de las obras por la ausencia de donativos.
En él se veneraban las imágenes de Madre de Dios del Campo, custodiada por San Joaquín y San José.
Estaba dotada de una hospedería, cuya labor continuaría al menos hasta 1844.
Con la Desamortización Eclesiástica se enajenan los numerosos bienes a la ermita, permaneciendo abierta al culto gracias a la devoción del pueblo ubetense.
Su estado de conservación en 1928 debía ser regular, pues se solicita su restauración.
En 1944 se proyecta la conversión de la ermita en una Casa de Ejercicios espirituales, obras que se abandonaron en un avanzado estado de ejecución.
Saqueado y desvalijado de algunos de sus bienes muebles, el inmueble llegó a ser ocupado por familias de indigentes, los cuales se calentaban usando las maderas del edificio.
Como colofón, en 1977 el párroco Manuel Medina Caballero dinamitó la ermita para utilizar sus piedras en la ampliación de la Ermita del Paje, quedando la iglesia sin techumbre y algunos restos de su hospedería. Fué detenido por estos hechos.
En 1988 se inauguró una nueva ermita bajo la misma advocación, ubicada en el paraje de La Alameda, sobre la fuente y el abrevadero.
En la actualidad subsisten importantes restos del templo, como su fachada clasicista, con un arco de medio punto flanqueado por pilastras y un cuerpo superior compuesto por tres hornacinas y frontón recto (que alojaría en su interior un escudo heráldico).
En su fachada aún se conservan restos de ventanas, que igualmente se ornamentan con pilastras, frontones rectos y jarrones.
En su interior, el templo presenta nave única.
Junto a él aún se conservan algunas estancias y restos de una arcada.
Igualmente aún se mantienen en pie los muros horadados de su hospedería.
Sin embargo, la espadaña que coronaba la ermita ha desaparecido hace poco, al igual que muchas piedras y otros restos diseminados.
En el frontón partido de su portada tenía un escudo que fue expoliado del Obispo Fr. Benito Marín.
Tenía una capilla del Cristo del Calvaro que su portada también ha sido expoliada.