En su origen fue una sinagoga, sobre la cual en 1502 se construyó la Ermita de Santa Catalina.
En 1562 en la ermita se asienta el Convento de La Santísima Trinidad.
El Convento de Santa Catalina fue fundado en el año 1583 por el Obispo de Jaén Don Francisco Sarmiento de Mendoza.
Se instaló la comunidad en el local que era la antigua sinagoga de los judíos, junto a los muros y Caba del Alcázar.
El edificio ha llegado a nuestros días muy mermado, debido a que en la revolución de 1868 se utilizó como cárcel pública, quedando tan solo el claustro y la fachada con algunas portadas, si bien los restos se han rehabilitado tras una intervención de recuperación llevada a cabo en los últimos años.
Después fue abandonado y mas tarde se ubicó en él un asilo.
Desde 1876 hasta 1974 vuelven las Hermanas Clarisas al Convento.
En 1990 en él se hicieron 25 viviendas y 4 locales, pasando las hermanas al Convento nuevo de Santa Catalina.