Se trata de una construcción cuadrada realizada por el Arquitecto aragonés Fernando Ramón, con un busto de bronce en su interior realizado por Pablo Serrano.
Fernando Ramón, arquitecto, quería mostrar con un cubo abierto por todos lados, una especie de santuario que mostrase la proyección al infinito.
La primera copia del busto del interior la realizó un poco después de la construcción del cubo, en 1965, Pablo Serrano y fue por iniciativa de algunos personajes ilustres de Baeza. Pero, incomprensiblemente, el acto previsto para el día 20 de febrero de 1966, no se celebró; lo prohibió el mismo Ayuntamiento después de haberse hecho una gran campaña informativa que incluso traspasó nuestras fronteras. A pesar de la prohibición, el día señalado, una gran gentío proveniente de todas partes se congregó ante el cubo, aunque aún no tenía dentro el busto. Se consideró un acto subversivo y la policía intervino disolviendo a los manifestantes. Finalmente el acto de inauguración del monumento con la colocación del busto en el cubo sí se realizó en abril de 1983 para conmemorar el 50 aniversario de su muerte, cuando ya había terminado la dictadura y, curiosamente, el ministro de cultura del momento, Javier Solana, había sido uno de los estudiantes que habían participado en la primera tentativa disuelta.