Su enlace a la Carrera de Jesús lo hace paralela a ésta a un nivel por debajo de ella y pasando por la puerta del Convento de Santa Teresa.
De fuerte pendiente.
Tomó su nombre de una familia en la que su figura representativa fue Miguel de la Peña, canónigo de la Catedral.
En 1752, don Miguel de la Peña Juara (1688-?), presbítero de la ciudad con fuero de "hijos dalgo", hacendado y heredero del mayorazgo que fundaran Mariana y Teresa de la Peña, residía en una casa principal (Casa de la Calle Los Peñas nº 4) en la que aun él llamaba calle de las Descalzas. Inmensa, de 27 metros de frente y 18 de fondo, de 17 cuartos, empleaba 12 personas a su servicio. Incluía en su interior un exclusivo horno de pan cocer con un francés y una gigantesca bodega. Un patio con una fuente de medio cañón y un estanque con lavadero de dos pilas con su remanente. Su vecino por arriba (Casa de la Calle Los Peñas nº 2), haciendo esquina con la Calle las Descalzas, don Pedro de Mirez Heredia, notario mayor del tribunal de la Santa Cruzada, llamaba ya a la calle donde convivían él y Don Miguel, Calle de los Peñas (catastro M.E). Con el tiempo aquella casa que dio nombre a la calle pasó a finales del siglo XIX a la familia Bonilla. En ella residió el medico don Gabriel Bonilla (Anuario 1898). Hoy es un centro de educación infantil. Bajo la portada y rejas castellanas del siglo XVII de la casa de don Pedro de Mirez, la de los Peña hoy día despierta aun la admiración con sus blasones, fechados en 1713 y por inquirir. Fueron los Peña Juara caballeros hijosdalgo procedentes de Arjona. Inmediatamente detrás de la antigua prisión provincial, otro Peña de este linaje hizo un pilar abrevadero al principio de un barrio con la estela que ahora lleva su nombre “Peña me fecit.”.