Oppidum Puente Tablas. Muralla

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Muralla defensiva del Oppidum Puente Tablas.
Las excavaciones realizadas en el Puente Tablas han determinado la existencia de un muro escalonada, con torres avanzadas de grandes sillares en lo que se ha dado en llamar como plaza de armas.
En el cerro que tenemos enfrente de San Juan de Dios donde se obtuvo el material para la muralla.
La muralla es suma de una sucesión de fortificaciones.
La muralla delimita por todos lados, salvo por el Sur que aparece protegido por un farallón rocoso.
La muralla que está excavada en un tramo de unos doscientos metros, presenta ocho bastiones de planta rectangular adosados, y en algunos puntos conserva 5 metros de altura.
La muralla es de varias épocas, se empieza a construir junto a las torres en el siglo VII a.C. En el V a.C. se repara la torre central o bastión que es de bloques más grandes, que encamisa la torre más antigua del siglo VII a.C.
Desde la parte superior de la muralla a la base hay ocho metros de caída, siendo la cresta del siglo III a.C.
En mitad del siglo VII a.C. la parte inferior de la muralla se hizo de mampostería con mortero. Se construyó sin cimentación, haciendo la base más ancha, lo que dio a la fortificación una forma de talud muy robusta. El exterior se revocó con barro y se encaló.
A finales del siglo V a.C. la fortificación se remodeló modificando al menos una de las puertas y encamisando algunas torres para hacerlas más sólidas. Se usó mampostería más refinada de piedras más grandes y mejor careadas y sin revoco.
A finales del siglo IV a.C. la fortificación se abandonó, Con el tiempo; sus restos quedaron ocultos por la acumulación de tierra de los adobes descompuestos.
A finales del siglo III a.C. se construyó una nueva muralla de mampostería irregular y torres más pequeñas, siguiendo el trazado de la primera fortificación que aún se marcaba.
La construcción comienza con un muro o lienzo de las fortificaciones que se adapta al terreno, después se construyen las torres o contrafuerte, para reforzar la muralla y con un fin también militar ya que al adelantarse la torre a la muralla, presenta dos flancos laterales desde los que se facilita la vista para la defensa.
Para hacerla más sólida se realizaron dos muros paralelos y el interior se rellenó con piedras irregulares y desechos.
La torre central que desde lejos parece escalonada, es cuadrada y con los muros aplomados y los laterales en pendiente o talud, que es como una segunda camisa que le da consistencia.
La visión de la muralla no es como se ve actualmente si no que se hallaba encalada y enlucida de blanco en el siglo V a.C., y pintada de rojo-vinoso en el VII.
El remate es de adobe, lo que aparece lógico al ser este remate más fácil que si fuera de piedra.
De la muralla sólo se ha encontrado hasta ahora una puerta, la Puerta del Sol o Puerta Sur (Oppidum Puente Tablas. Puerta del Sol), aunque se sospecha que hubo una opuesta a ésta y otra al norte, ya que hay evidencias de un camino que sube por norte al oppidum y que podía conducir a la Fuente del Realejo.