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Fuente de Don Sancho
Fuentes, aljibes, estanques, baños y acueductos
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Fuente de Don Sancho. Fuente de Don Sancho. GrapasFuente de Don Sancho.
Fuente de Don Sancho. Inscripción borradaFuente de Don Sancho. CañoFuente de Don Sancho.
Fuente de Don Sancho.
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  • Ubicado en el Camino de las Celadas.
  • Pilar abrevadero de dos caños con frontón lobulado de ladrillo visto que en su centro tiene una piedra que el tiempo ha borrado su inscripción.
  • En el año 1275, lo moros de Mohamed II, rey de Granada, quieren conquistar Torredonjimeno, después de atacar y arrasar varias poblaciones cercanas. Enterado de ello el Infante de Aragón, don Sancho, hijo de Jaime el Conquistador y Arzobispo de Toledo, les presentó batalla. En el año 1.275 tuvo lugar en la población uno de los acontecimientos señalados de su historia. Con motivo de la campaña desarrollada por el rey granadino Muhammad II, con la ayuda de los musulmanes marroquíes, contra la frontera jiennense, el arzobispo de Toledo e Infante de Aragón (Don Sancho, hijo del rey Jaime el Conquistador) se adelantó en una escaramuza previa a la llegada del grueso de las tropas castellanas; a consecuencia de dicha imprudencia fue hecho cautivo en un lugar muy cercano a la actual ciudad de Torredonjimeno. Como se entablara discusión entre los musulmanes sobre qué rey debía entregarse un cautivo de tanta importancia (si el marroquí o al granadino) uno de los caballeros para evitar el enfrentamiento entre ellos lo mató, cortando y entregando la cabeza a los norteafricanos y la mano derecha, con el anillo episcopal, a los nazaritas. Desde ese momento, aquel lugar, por donde discurría un manantial se denominó la Fuente de Don Sancho. Esto ocurrió el día 21 de octubre del referido año a un km de la población:
    • En el año de 1.275 los moros invadieron la comarca principalmente Martos, arrasando las ciudades, robando los ganados, violando las mujeres y capturando a los niños y a los viejos.
    • Fue entonces cuando el Arzobispo de Toledo, Don Sancho de Aragón, vino con su ejército a defender a los cristianos.
    • Llegó el Arzobispo de Toledo al vecino pueblo de Torredelcampo, y se dispuso aguardar allí a que Don Lope Díaz de Haro, Señor de Vizcaya, viniera con sus mesnaderos para robustecer las tropas cristianas.
    • Pero, cuando el Arzobispo esperaba los refuerzos del Señor de Vizcaya, el comendador de Martos, Álvaro García, llegó a Torredelcampo.
    • Álvaro García le pidió al Arzobispo que se diera prisa en ir a defender Martos, pues los moros estaban cansados de pelear y no eran muchos.
    • El criado del Arzobispo, llamado Sandurca, que quería mucho a su señor, le aconsejó que esperara la llegada del Señor de Vizcaya con sus tropas.
    • Álvaro García, irritado, le contradijo al criado, y le recomendó a Don Sancho que no aguardara a Don Lope Díaz de Haro, pues si Don Sancho, con solo sus soldados, ganaba la batalla a los moros, la gloria sería sólo para él y no tendría que compartirla con el Señor de Vizcaya.
    • El Arzobispo de Toledo, que era joven y estaba deseoso de ser admirado por las gentes, cayó en la tentación y siguió el consejo de Álvaro García.
    • Desoyendo a su fiel criado, ordenó que preparasen los caballos y montando en su corcel fue a la cabeza de sus huestes.
    • Salió de Torredelcampo, y vino siguiendo el arroyo de la Piedra del Águila.
      Pero al llegar a lo que hoy se llama en Torredonjimeno Las Celadas, los moros estaban preparados, esperando que los cristianos cayeran en su trampa.
    • Álvaro García era un traidor que había engañado al Arzobispo para arruinar la vida de los cristianos.
    • Los cristianos se encontraron con aquella emboscada y lucharon invocando, como tenían costumbre, a Santiago Apóstol: ¡Santiago, y cierra España! - gritaban los soldados del Arzobispo.
    • ¡Alá es grande! - decían los moros en su lengua.
    • Los moros eran más que los cristianos y vencieron a la pequeña tropa del Arzobispo.
      Destrozadas las tropas cristianas, el Arzobispo quedó abandonado y solo; sus hombres habían muerto o habían huido a Torredelcampo para ponerse a salvo.
    • Don Sancho, triste y cansado de pelear con la espada, fue a una fuente de agua a templar su sed.
    • Estaba bebiendo el Arzobispo, cuando lo atraparon unos moros.
    • Lo maniataron y sus captores empezaron a discutir quién de entre ellos se quedaba con el prisionero, para pedir rescate por su cabeza.
    • Como discutían los moros entre sí, uno de ellos, muy fanático, llamado Aben-Atar, montado sobre su caballo se fue hacia el Arzobispo y le arrojó una lanza que le atravesó el cuerpo, diciendo: No quiera Alá que por un perro cristiano se peleen mis hermanos moros.
    • Y allí mismo, en aquella fuente que todavía hoy se llama la Fuente de Don Sancho, le cortaron la cabeza y la mano con el anillo de Arzobispo al cadáver, y dejaron el cuerpo sin vida allí tirado en el campo, llevándose con la cabeza y la mano, la Cruz del Arzobispo como trofeo de guerra.
    • Cuando Don Lope llegó a Torredelcampo y se enteró de lo sucedido por los sobrevivientes de la batalla que allí se habían refugiado, acudió rápidamente a ver si podía socorrer al Arzobispo, creyendo que todavía estaba vivo.
    • Buscó Don Lope a los moros y cuando los encontró, combatió con ellos hasta que recuperó la Cruz del Arzobispo.
    • En la refriega, los moros le quitaron a Don Lope su estandarte, pero el valiente vasco se metió entre los moros a espadazos hasta que lo recobró.
    • Huyeron los musulmanes a un monte, tal vez lo que hoy es el Calvario, y los cristianos se subieron a otro, quizá donde está hoy el castillo.
    • Pasaron una noche, recelando unos de otros.
    • Pero a la mañana, cada ejército se retiró sin pelear más.
    • Don Lope regresó al lugar donde el Arzobispo con los suyos habían sido destrozados.
      Encontró el cuerpo de Don Sancho, sin cabeza ni mano, y mandó que lo llevasen a enterrar a Toledo.

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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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