[Escucha este texto]- Siglos XIII-XVI.
- Posiblemente se trate de la iglesia más antigua de la ciudad.
- El antiguo templo parroquial, el noveno en el orden jerárquico eclesiástico, es de una sencillez extrema.
- Unido a los muros del antiguo Convento de la Merced, la primitiva iglesia debió existir desde tiempos remotos, ya que nada más conquistada la ciudad en 1234, por Fernando III, se suscita un pleito entre ésta y Santa María por obtener los derechos de Colegiata.
- De su actual fábrica, sin duda alguna, el elemento más primitivo es la torre-campanario, de planta cuadrada y enorme grosor en sus muros, ejecutada a finales del XIII, siguiendo planteamientos tardorrománicos. Algunos autores consideran que fue parte de una antigua fortificación árabe por sus saeteras que después se convirtió en templo religioso a donde acudirían los mozárabes que residían en el barrio para orar y participar en las celebraciones cristianas.
- El templo, totalmente remodelado en el siglo XVI, presenta única nave de salón, cubierta con falsa bóveda.
- De él sabemos que en 1581 -final del proceso de rehabilitación-, se inician las gradas de su altar mayor, gradas que serían ejecutadas por el maestro Bartolomé Núñez.
- La parroquia fue suprimida en 1843.
- La portada lateral es de 1901 como pone en su clave.
- La escasa ornamentación que presenta el exterior coincide con el austero interior en el que solo se pueden encontrar algunos elementos renacentistas en la portada de entrada a la sacristía y en la capilla del baptisterio.
- Lo más curioso es la ubicación de la imagen de La Soledad con María Magdalena en el altar mayor, cosa rarísima en iglesias católicas.
- Aquí se venera a la Santísima Virgen de la Soledad, que es procesionada en la tarde del Viernes Santo. La veloz carrera ascendente de su trono por la Cuesta de la Merced, a cuestas de sus costaleros, los albañiles, que suben esta empinada cuesta en un endiablada carrera con un trono de más de 500 kilos, en la tarde de Viernes Santo con toda la calle abarrotada de creyentes y turistas, constituye uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa de Úbeda, que está declarada en su conjunto de Interés Turístico Nacional.
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