Iglesia de San Juan Bautista

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Ubicada en la Plaza de la Iglesia.
En su obra se diferencian varias fases constructivas desde el siglo XVI al XVIII.
Parece ser que el origen de la iglesia es la donación en 1552 de un castillejo (Castillejo de los Benavides) palaciego de Rodríguez de Benavides al párroco del lugar Don Luis de Alba como se deduce del siguiente documento sacado de la obra de Miguel Nieto, Historia General de la Villa de Navas de San Juan: En la aldea de las Navas de ssant Estevan del Puerto á dies é seys días demarço de mill é quinientos é cincuenta é dos, los señores condes de ssan Estevan del Puerto ysieron traspasación en el señor cura D. Luis de Alba la posesión Castillejos desta aldea é le dieron poder para lo aver é cobrar é pedir en juicio é fuera del é lo vender é hazer dello como cosa suya é juraron de seno no oponer por cabsa alguna que sea, ni yr ni venir contra lo que dicho es é lo aver por firme, testigos Diego Ximénes é Gaspar Ruys, vecinos de las Navas. E yo Lazaro de Aranda, escribano de sus majestades é público en la dicha aldea escriui é por ende fize aquí este mi sygno + en testimonio de berdá.
Como anécdota decir que de este castillejo partían dos pasadizos, uno hacia el Palacio de los Beneavides situado en la misma Plaza de la Iglesia y otro en dirección a un pozo existente en la Calle Lorite.
Pero como el edificio donado no respondía por su construcción al objeto religioso á que se le quería destinar, tenían necesariamente que implantar reformas, por lo que recabaron del Obispo de la diócesis el permiso consiguiente.
Gracias a Miguel Nieto sabemos que en el año 1556, se pidió permiso para hacer la obra de la iglesia, al entonces Obispo D. Alonso Pecci, uno de los antepasados del Papa León XIII, quien concedió la licencia; el plano de las obras fue encargado al arquitecto don Nicolás de Torres.
Sabemos que antes que se terminase la iglesia nueva en el siglo XVI ya existía una iglesia en este Lugar probablemente en los muros de mampostería del Castillejo de los Benavides y que da a la Calle de Santa Rita.
El primer Párroco de esta feligresía fue el señor García Paredés, como lo atestigua la siguiente nota que aparece al principio del libro 2º de bautismos: Doña María de Castro fue la hermana mayor del señor prior García de Paredes, PRIMER PRIOR DE ESTA PARROQUIAL, como parece del libro antecedente. El prior Don García de Paredes estuvo sirviendo de párroco en Navas de San Juan desde 1557 hasta 1605.
La penuria de la época tuvo en proyecto las obras durante treinta años, pues aunque el Obispo transformó en parroquial el edificio donado, el Castillejo de los Benavides, en la primera decena de la segunda mitad del siglo XVI no se acabaron hasta el año 1593, y gracias a la ayuda prestada por el pueblo.
Los libros de testamentos del Archivo parroquial de San Juan Bautista hablan de donaciones a dichas obras antes de 1591, incluso de la celebración de desposorios en casas particulares durante el año de 1587, seguramente por no haberse terminado aún las dichas obras. Por ejemplo, en los libros de defunciones del Archivo parroquial consta que el 15 de agosto de 1584 murió "... Hernando de Sigura (sic) que hizo testamento ante Lázaro de Aranda y mandó por su ánima y por la de sus padres con las demás, 54 misas, y mandó a la obra de la iglesia un real, y medio real a San Sebastián, y medio al Hospital y medio a Nuestra Señora de la Estrella y medio a las cuatro Casas de San Lázaro, de este Obispado.
Libro primero de sepelios, folio 28: En 24 días del mes de febrero de 1589 años me dió Miguel López… etc. Mandó a la obra de la iglesia un real.
Como el Castillejo donado por los Benavides era demasiado pequeño para hacer una ilesia se optó por conservar el los muros exteriores del castillejo y el resto sería obra nueva. La altura del castillejo condicionó a las dimensiones de la futura iglesia dándole una magnitud que sobrepasaba el tamaño para una iglesia de aldea (por entonces Las Navas era una aldea perteneciente a Santisteban del Puerto).
A finales del siglo XVI las obras fueron iniciadas por el maestro Juan de Ostiaga y se nombró a Alonso Barba, arquitecto de la Catedral de Jaén, como supervisor de las obras, hacia 1591. La obra fue termina en 1593.
Probablemente se utilizase el castillejo como campanario ya que la torre campanario actual no existía en esta primera obra.
Su marca de identidad es el manierismo andaluz, que mezcla la sobriedad de elementos decorativos clásicos.
En el exterior destaca la portada de estilo manierista con arco de medio punto con dovelas trapezoidales. En el cuerpo superior una hornacina con columnas dóricas, a sus lados placas con puntas de diamante recortadas y pináculos en los extremos, entablamento dórico y frontón triangular. En este cuerpo superior hay un San Juan niño en piedra que en su base tiene la siguiente inscripción Se hizo esta obra siendo Párroco don Manuel del Moral y Vargas en 1890. Este San Juan fue pintado de rojo en la Guerra Civil.
La torre campanario, del siglo XVII por José Mª Orozco, y remodelada en el siglo XVIII que presenta un primer cuerpo de planta cuadrada, continua con otro con pilastras en las esquinas y pequeños vanos en muros y por último el camparario ochavado dispuesto en chaflán con cubierta de teja árabe. Se construye de nueva planta rompiendo una de las capillas hornacinas del antiguo presbiterio, lo que demuestra en en la obra del siglo XVI no había torre. El tramo de escaleras del primer cuerpo son de madera y las del cuerpo ochavado son unas escaleras de caracol de piedra. Tiene cuatro campanas, la campana de Ntra Sra de la Estrella (que mira a la Plaza de la Iglesia), la campana de San Juan Bautista (que mira a la Calle Lorite y antes era la de Santa Lucía), la campana de Santa Lucía (que antes era la de San Juan Bautista) con el año de fundición 1971 (que mira a la Calle Pastores) y la campana de Santa Cecilia con el año de fundición 1971 (que mira hacia las Eras). En los años setenta del siglo XX se cayó a la plaza una de las campanas cuando estaba siendo izada al campanario rompiendo la cornisa decorativa de piedra. Las anteriores campanas estaban fundidas en 1925 por Fernando Villanueva Saez en Villanueva de la Serena.
El interior presenta una planta muy alargada y alta de una sola nave dividida en tres tramos: el presbiterio, cubierto con bóveda de cañón con lunetos, el tramo central se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas con el escudo del Papa Pio XII, el escudo del obispo de Jaén Don Félix Romero Menjíbar, el símbolo del Ave María y las siglas de Jesucristo. Entre la cúpula y la obra medieval del actual presbiterio hay dos capillas hornacina laterales de arcos de medio punto (para antiguos retablos) en la obra del XVI.; y el tercer espacio a los pies del templo cubierto con bóveda de aristas que fue el antiguo presbiterio y hoy está el coro y con dos capillas hornacina laterales de arco de medio punto (para antiguos retablos).
En la primera mitad del XVII se cubrió el presbiterio y se reestructuró la capilla mayor.
Fué adquirido un órgano ya usado (osea que era más antiguo) en el convento de San Francisco de Santisteban del Puerto en el año 1656, siendo párroco de esta iglesia el licenciado Juan Díaz de Molina, según consta en el archivo eclesiástico.
En el año 1741, siendo párroco de la iglesia el doctor Francisco Pedro Martínez, se revocó la parte interior del templo, se sustituyo el altar mayor primigenio por el altar y retablo desaparecido en la Guerra Civil, poníendolos en el lugar donde se encuentran hoy pues el antiguo altar se situaba donde se encuentra hoy el coro, y se arregló el campanario que amenazaba ruina, se hicieron innovaciones en las fachadas.
Todavía se conservaba a principios del siglo XX en la parte del coro, rodeado por una orla de estilo churrigueresco, la siguiente inscripción: Se hizo esta obra siendo prior de esta iglesia D. Francisco Martínez, año de 1741.
En 1819, siendo Prior de esta parroquial el Doctor don Tomás Ruiz Tauste, se derribó la sacristía y en su lugar se levantó otra nueva añadiéndole dos o tres pequeñas habitaciones que servirían de morada al guardián de los muertos, pues hasta 1853 no se cumplió la Real Orden de Carlos III, dada el 3 de abril de 1787, para que cesara los enterramientos en las iglesias. Es decir, que hasta esa época los enterramientos habían tenido lugar en el Panteón anejo a la iglesia parroquial. De aquí que en los documentos antiguos, la calle que arrancaba de la esquina de la Iglesia con la calle de Lorite fue conocida como Calle del Panteón viejo o simplemente como Calle del Panteón hasta su confluencia con la Calle Alta, que entonces cerraba el pueblo lindando con el campo.
En 1890 ocupa la alcadía Don Juan Siles Mota, y uno de los primeros acuerdos que tomó fue la colocación de un reloj con cuerda diaria de horas y medias horas y esfera transparente, en el tejado de la Iglesia parroquial. El reloj costó 2200 pesetas, importando los gasto de instalación y obras de carpintería y albañilería la suma de 796 pesetas. Posteriormente este Reloj fue ubicado en el Ayuntamiento de Navas de San Juan cuando se construyó.
En 1902 el párroco Don Diego José Roldán se deshizo del órgano del siglo XVII (posiblemente más antiguo ya que se compró de segunda mano) sustituyéndolo por un órgano armonium que puso en el lado de la Epístola del coro alto. A partir de 1903 añade dos altares laterales al antiguo retablo, el de la Inmaculada y el del Sagrado Corazón, y modifica en parte el antiguo retablo ya que no era de su gusto. Reforma también la Sacristía, haciendo desaparecer las cornucopias y muebles antiguos que tenía y perdiendo así el carácter conventual de su construcción. Perdiendo así parte de su patrimonio histórico el templo.
También este mismo párroco cambió la techumbre de la torre campanario por la que se conserva hoy en día. Así lo describe Miguel Nieto en su obra Historia General de la Villa de Navas de San Juan: Un ciclón arrancó en la misma fecha el chapitel de la torre colocado en tiempo del párroco D. Manuel del Moral. Creemos que al proceder al arreglo, debió el señor Roldán inspirarse en conveniencias locales ó en algún otro motivo, más que en su intuición artística y buen gusto de que ha dado mil pruebas en otras ocasiones, pues es inconcebible que haya sustituido la construcción antigua, de escaso valor, pero de figura airosa y esbelta, por una raquítica y achatada cubierta de tejas, con detrimento del orden arquitectónico que preside en esta clase de obras.
En 1939 se puso en su fachada la Cruz de los Caídos con una placa con los nombres de los caídos de las Navas de San Juan, hoy en su lugar queda un rectángulo con las piedras de otro color que recuerdan donde estuvo colocada.
En el altar mayor Francisco Baños, en 1961, pintó un mural al fresco en su línea iconográfica y pictórica esquemática y geometrizante. En el proyecto se pretendía pintar a San Juan sin la cruz, símbolo que en vida de San Juan no existía ya que todavía no habían crucificado a Jesús, pero después por presiones del párroco se terminó añadiendo.
En ese mismo tiempo se debe de hacer la cúpula ya que tiene en sus pechinas el escudo del Papa Pio XII, el escudo del obispo de Jaén Don Félix Romero Menjíbar, el símbolo del Ave María y las siglas de Jesucristo.
Una de las piezas más importantes y valiosas que se conservan en esta iglesia es una cruz de plata adornada con bajorelieves que representan por una cara el Viejo Testamento y por la otra el Nuevo Testamento. Esta cruz es obra de orfebres reales ya que se trata de un regalo del Rey Carlos IV por la fundación del pueblo.
La iglesia en la parte izquierda de la fachada, delante de la obra medieval tenía un pequeño jardín con cancela con verja de hierro, hoy hay una construcción con puerta y tejado de teja que a su izquierda tiene un frontón de ladrillo visto con una cruz de piedra de granito.
Se conservan parte de las sillas del antiguo coro en los pies del templo. Este coro estaba cerrado por una reja de barrotes de madera. Posiblemente estas sillas del coro sean de los primeros tiempos de la iglesia ya que tiene marcadas tendencias al estilo plateresco. En una de las sillas del coro tiene labrado un lauburu.
Tras el retablo que nos encontramos en frente de la puerta de entrada se encuentra la antigua puerta al Panteón o cementerio trasero. Este retablo tiene las imágenes de el Nazareno, acompañado del Sagrado Corazón de Jesús a su izquierda y de la Virgen de Carmen a su derecha.
La Pila Bautismal que hoy se encuentra delante del presbiterio anteriormente estaba en el habitáculo que se encuentra tras el muro medieval del lado del Evangelio. Parece ser que originariamente se encontraba junto a la puerta de entrada en su parte derecha.
En el lado de la Epístola hay una vidriera con el escudo de la Catedral de Jaén y en el lado del Evangelio otra vidriera con el Escudo del Papa Juan Pablo II.