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Historia de Cazorla
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  • Los primeros indicios de la presencia humana en las tierras de Cazorla se remontan al VI milenio antes de Cristo, de los más antiguos de la provincia.
  • Se localizaron en el abrigo natural de Valdecuevas, y han sido relacionados a la cultura de los cazadores con arco.
  • Quizás de un momento avanzado del Neolítico provenga los restos líticos encontrados en el lugar conocido como el Chorro, caracterizados por hojas de silex y piezas denticulas.
  • Las ocupaciones en cuevas, con abundantes cerámicas e incluso con pinturas rupestres de tipo esquemático, en el cercano puerto de Tíscar, son también pertenecientes a este momento del 4.000-3.000 a. de C.
  • Pero será durante el Cobre final (2.000 a. de C.) cuando en las proximidades de la localidad, se asienten los primeros poblados estables. Nos referimos a las terrazas del río Cerezuelo, próximas a la Cuesta de la Pioja y la confluencia con el río Cañamares.
  • En un cerro cercano a Cazorla conocido como la Loma del Bellotón, se ubica un pequeño poblado de la cultura del Bronce (1.500 a. de C)
  • Durante la etapa ibérica Cazorla estuvo bajo el égida del gran centro ibérico de Toya (Peal del Becerro).
  • De esta fase es el Cerrillo de Depósito y el de Castellones de Cavides.
  • De su pasado romano existen pruebas de la presencia en la zona de numerosas aldeas cuyo tamaño era superior a la de una villa pero inferior a una ciudad.
  • Más cercano a Cazorla, tenemos el poblado de la Plaza de Armas del río Cañamares o el cerro de Cabeza del Rey, todo dentro de una cronología del siglo V-III a. de C.
  • En la Loma del campo de fútbol de los Halcones, nubla, la vega del río Cerezuelo..., la presencia romana será constante, e incluso se han encontrado algunos restos dentro del mismo casco urbano de Cazorla.
  • Cazorla llamada Carcacena durante la dominación romana.
  • Ni durante la etapa visigoda ni en el periodo islámico se menciona específicamente a Cazorla, de lo que se puede deducir que seguiría siendo una aldea sin incidencia especial en los acontecimientos de la época.
  • Será a partir de la ocupación islámica y en un momento tardío de la misma, cuando Cazorla aparezca como embrión poblacional, quizás tras la presencia almohade y el inicio de los reinos de Taifas más importantes, nos referimos a los del reino nazarí de Granada.
  • Los restos arqueológicos encontrados en la zona vieja de la localidad o en los castillos de la Yedra o de las Cinco Esquinas, así parecen documentarlo.
  • Con la ubicación de la línea de frontera entre el mundo cristiano y el mundo musulmán en la línea del Guadalquivir, Cazorla medieval y las localidades vecinas, se van a fortificar, y van a ser durante bastantes años lugar de pugna.
  • En el siglo XIII se produciría un gran giro que convertiría a Cazorla en el centro principal de su zona.
  • Fernando III, "el Santo", en virtud de un privilegio rodado, que firmó en Salamanca en 1231, donó, a perpetuidad, a Santa María de Toledo y en la persona de D. Rodrigo XimJnez de Rada y de sus sucesores, diversos lugares de la zona, aún en poder musulmán, para que fuesen conquistados por éste (1231).
  • El batallador prelado no sólo recuperaría esos lugares, sino también un extenso territorio que, más tarde, daría lugar a la comarca histórica del Adelantamiento de Cazorla.
  • A lo largo de toda la Edad Media, el Adelantamiento de Cazorla constituyó un feudo de la mitra toledana que ejerció sobre él plenas facultades normativas, judiciales y de gobierno, amen de otras de tipo militar.
  • Los señores del Adelantamiento eran los arzobispos de Toledo, quienes designaban a un adelantado y a otros oficiales para que se ocupara de su gobierno.
  • Cuando en 1545, bajo las presiones de Carlos V, fue nombrado adelantado de Cazorla Francisco de los Cobos, secretario del emperador, comenzó un periodo de pugna por el señorío entre la mitra y los Camarasa, descendientes de aquél, que terminó en 1606 con la restitución del Adelantamiento a la iglesia.
  • En 1811, por decreto de las Cortes de Cádiz, concluye el periodo de señorío eclesiástico iniciado casi seis siglos atrás.
  • Cazorla tuvo un papel muy activo en la Guerra de la Independencia.
  • Tras reiterados intentos, las tropas francesas mandadas por el comandante francés Taudacg, se apoderaron de la villa, a lo que le siguió acciones guerrilleras de rechazo para las que contaban con el apoyo de los vecinos y la orografía.
  • Durante la guerra de la Independencia (1808-1814) la presencia y ocupación francesa de la comarca no se produjo hasta los primeros meses de 1810, permaneciendo desde entonces bajo la administración de José I hasta bien entrado 1812. Ello no significa que no padeciera los efectos de la guerra antes y después de esas fechas. En julio de 1808 un contingente cazorleño estuvo presente en Bailén, y tras la victoria, al reorganizarse los efectivos provinciales, los escopeteros de Cazorla estuvieron destinados en la vigilancia y defensa de los puntos más orientales de Sierra Morena (Montizón, Venta Nueva…). La villa y los demás pueblos del Adelantamiento ayudaron con suministros y dinero al ejército patriota, en ocasiones hasta límites que superaban sus posibilidades. Para ello se creó un fondo de donativos procedente de las aportaciones vecinales, entre los que las ayudas eclesiásticas (a través de su vicario) tuvieron especial relieve.
  • Los años de mayor dureza y tragedia fueron los comprendidos entre 1810 y 1812, en los que la comarca, como la casi totalidad de Andalucía, exceptuada Cádiz, quedó dentro de la zona controlada por el gobierno y ejército franceses. Cazorla y La Iruela tuvieron que hacer frente a las exageradas contribuciones exigidas por los franceses, pero también a sus incursiones que por lo común conllevaban incendios, robos, muertes, saqueos…. La mayoría de las veces se trataba de expediciones de castigo bien para exigir víveres y dinero, bien como represalia por la ayuda prestada por las gentes de ambas villas a la guerrilla patriota, con la que a su vez solían aliarse para hacer frente al invasor. Los guerrilleros, refugiados en la Sierra, se mantenían en contacto con los restos ejército español asentado en el levante peninsular a través de ella. Pero no siempre constituían un elemento de tranquilidad y seguridad para la población: presionaban y amenazaban con frecuencia a una y otra villa para conseguir víveres y socorros de todo tipo o para que no se confraternizara con el enemigo, llegando, incluso, a intervenir ocasionalmente en las decisiones del Ayuntamiento (este fue el caso del comandante de guerrillas Hermenegildo Vielsa). El resultado final es que ambas villas resultaron profundamente dañadas por los ataques del ejército imperial; y los escasos vecinos que no huyeron a la Sierra o perecieron vivieron dos años de lucha, extorsiones, penalidades y sufrimientos extremos. Una dramática situación que, como hemos apuntado, apenas se vio mitigada por la presencia de la guerrilla, cuyos excesos y falta de tacto, contribuyeron por el contrario a hacerla en ocasiones más difícil.
  • Por sus gestas heroicas las Cortes de Cádiz de 1813 le dieron el título de Ciudad y el de "Muy Noble y Muy Leal".
  • En estas mismas Cortes se concedió al Ayuntamiento el de "Ilustre".
  • Fallecido Fernando VII transcurrieron diez años de Regencia (primero de su madre María Cristina de Borbón y después del general Espartero), hasta la mayoría de edad de Isabel, un decenio no exento de trascendencia para la historia comarcal. En primer lugar se llevó a cabo la desamortización eclesiástica, entre 1836 y 1844. Aunque el proceso desamortizador tuvo sus antecedentes en siglos anteriores, no cabe duda el desarrollado en esta primera etapa liberal constituye un proceso político, social y económico de calado para la historia de España y de la comarca, donde la presencia y la riqueza de la Iglesia, como hemos visto, tenían un peso específico importante. Sus fincas rústicas, tras convertirse primero en Bienes Nacionales, fueron subastadas públicamente por el Estado, pasando una buena parte de ellas a manos de las clases pudientes conocedoras del proceso y con contactos en la Administración: burguesía adinerada (terratenientes, funcionarios, etc.) y nobles. Algunos topónimos de parajes agrícolas, como Los Nerios, hacen referencia a la Orden religiosa con propiedades en esos pagos cuyas fincas pasaron a propiedad particular. Por lo que se refiere a los edificios religiosos de la ciudad (conventos, iglesias), sometidos igualmente al proceso desamortizador, terminaron engrosando el patrimonio municipal. El convento de Clarisas o de San Juan de la Penitenciaría se destinó a Cárcel municipal y del Partido. El que fuera Colegio de la Compañía acogería con el tiempo un Hospital, en tanto que el templo adjunto (Iglesia del Carmen) quedaría como ayuda de culta a la Parroquia; el Convento e Iglesia de los Mercedarios, pasarían a albergar respectivamente las dependencias del Ayuntamiento (el viejo edificio consistorial de la Plaza de Santa María no reunía ya las condiciones idóneas para tal cometido) y del actual Teatro de la Merced. De esta primera desamortización solo sobrevivió el convento de Agustinas Descalzas (junto a la actual Parroquia de San José y sobre el que hoy se levanta un Hotel), que también pasaría años más tarde, dentro esa misma centuria, a convertirse en propiedad municipal.
  • En 1836 la expedición del general carlistas Gómez (jiennense de nacimiento) se presentó en la comarca de La Loma donde permaneció entre el 23 y el 25 de septiembre (Villanueva del Arzobispo, Úbeda y Baeza) para proseguir hacia Córdoba. La alarma fue general y algunas ciudades, tuvieron que modificar las fechas sus ferias, tal el caso de Cazorla que hubo de esperar hasta octubre para disfrutar de la que fuera su primera celebración ferial, pues este derecho le había sido concedido recientemente. En febrero de 1838 la ciudad fue sorprendida por los una expedición carlista, que hubo de retirarse nada más entrar en ella. Algunas otras partidas carlistas se adentraron también en la zona años después, mostrando mayor dureza y crueldad. Relacionada con la rebelión carlista de la Alpujarra y Granada, se produjo en 1838 la invasión por grupos insurrectos de los partidos de Cazorla y Segura de la Sierra, destacando especialmente el que capitaneaba Isidro Ruiz, el Monjero. La presencia de estas fuerzas legitimista también se cobró una víctima ese mismo año en la persona del Diputado y patriota cazorleño Ambrosio Navarro al intentar escapar de una emboscada. Estos leales comportamientos en defensa de la causa de Isabel II en tan críticos momentos y el apoyo mostrado a sus derechos y a los de sus descendientes en la Segunda guerra carlista, se verían recompensados finalmente por la Corona cuando Alfonso XIII otorgó el tratamiento de Excelentísimo que corresponde al Ayuntamiento de la ciudad.
  • Cazorla constituía a mediados de la centuria la cabecera de partido judicial y de la vicaría eclesiástica de su nombre, dependiente de Toledo, cuya población ascendía a 7.383 habitantes (incluido Santo Tomé). De entre los restantes pueblos del partido, Quesada sumaba 4.503, Pozo Alcón 2.139, La Iruela 1.149, e Hinojares 534, (según MADOZ, que no incluye las cifras de Chilluévar, Huesa, el Molar y Peal de Becerro por calificarlas como aldeas dentro del partido judicial). El índice de la población eclesiástica, consecuencia de su historia y de su condición de vicaría, resultaba aún notable, pues si en la ciudad existía una parroquia (que contaba con la Iglesia del Carmen como ayuda de parroquia) y otro templo para los anejos; persistía un convento (el de las Agustinas Recoletas), 4 santuarios y ermitas, el clero secular sumaba un cura párroco, seis beneficiados y catorce dependientes eclesiásticos (sochantre, organista, sacristanes…).
  • La economía continuaba siendo predominantemente rural, capitalizada por el cereal, al que siguen las legumbres el aceite y el vino, además de la ganadería. También en su feraz campiña vivía numerosa población: las aldeas de Cihilluévar, Peal de Becerro, El Molar y Toya reunían más de 373 cortijos o casas de campo(…) que habitan de continuo laboriosos y honrados labradores. Celebra MADOZ la abundancia de agua y sus huertas así como la sierra, su variada fauna y su riqueza forestal, aunque este feliz panorama se desvirtúa al considerar el fatalísimo estado de sus CAMINOS, o por mejor decir, la absoluta carencia de ellos. El sector comercial se sostenía sobre la venta de ganado, de frutas y demás sobrantes de la cosecha que el país ofrece. Entre los servicios con que contaba destacan dos escuelas de primera enseñanza y una clase de gramática latina; un hospital para enfermos pobres y casa de expósitos que dependían de la Junta de Beneficencia; un espacioso teatro (el templo desamortizado a los Mercedarios), y, en fin, un bonito paseo intramuros (la alameda del Cristo de la Veracruz). El presupuesto municipal superaba los 35.700 reales y se cubría con los ingresos de propios o propiedades municipales, dehesas en su casi en su totalidad (que rendían más de 28.500 reales) y el resto con los arbitrios análogos a la naturaleza de las rentas provinciales. Pero estos ingresos producidos por los bienes municipales no durarían mucho tiempo, pues el propio Pascual Madoz, elevado a ministro de Hacienda en 1855, pocos años después de la conclusión de su interesantísimo Diccionario Geográfico-Estadísitico-Histórico de España, (elaborado entre 1845-1850) decretó la Ley de Desamortización de los bienes de Propios y de Beneficencia de 1 de mayo de ese año. La medida, muy protestada por los pueblos, (que tenían en esos bienes una importante fuente de recursos para cubrir los gastos municipales), determinó la ruina de muchos de ellos, y privó de ingresos a las instituciones de beneficencia afectadas.
  • En Cazorla, durante los años 1855-1856 se vieron afectadas como Bienes de Beneficencia 7 fincas rústicas, en La Iruela 2, y en Quesada 3, además de los censos y foros redimidos (5 fincas rústicas y 7 urbanas en Cazorla y 1 rústica y 3 urbanas en Quesada).
  • Durante la primera república el ilustre quesadeño miembro del Partido Progresista, Francisco Serrano Bedoya, militar que había participado en la primera guerra carlista y fuera ayudante de Espartero, resultó elegido diputado por Cazorla en 1871 en las primeras Cortes democráticas del efímero monarca Amadeo I, escaño que revalidó en las legislativas del siguiente año, pero que perdería en agosto de ese mismo año de 1872 en favor de su paisano, Laureano Delgado Alférez, un liberal que se presentaba por el Partido Radical. En las elecciones constituyentes para la Primera República, el abogado, escritor y periodista cazorleño Eduardo Gómez Sigura, un republicano moderado, sería el representante elegido por el distrito. Anotemos, finalmente que por estos años tiene lugar la desamortización del último de los conventos cazrleños, (sito en las dependencias que hoy ocupa el Hotel “Ciudad de Cazorla”), donde venían profesando las monjas Agustinas Descalzas, desde hacía siglos.
  • En 1900 tenía una población de 7.936 habitantes.
  • Esta relación se compone de caídos en acción de guerra y asesinados durante la Guerra Civil (Fuente http://heroesymartires.blogspot.com.es):
    Antonio Alfonso Lázaro
    Cristóbal Almansa Pérez
    Antonio Aranda Moreno
    José Manuel Bautista Gallego
    José Bautista Melero
    Antonia Bello Tiscar
    Francisco Bulnes de la Torre
    Rufino Caranua Navarrete
    Pedro Antonio Carrizosa López
    Gregorio Castañeda Cano
    Juan Pablo García Vázquez
    Pedro García Vázquez
    Fernando Gómez de Iriebarri
    Ernesto González Vázquez
    Angel Gutiérrez Fernández
    José Gutiérrez Fernández
    Tomás Gutiérrez Fernández
    Lorenzo López Salar
    José Manrique Moreno
    José Manrique Ortega
    Salvador Marín Hernández
    Juan Martín Delgado
    Ernesto Martínez Bautista
    Francisco Martínez Delgado
    Emilio Martínez García
    Mauricio Martínez Ortega
    Celio Montoro Ortega
    Juan Manuel Moreno Martínez
    Pablo Muñoz Serrano
    Eduardo Ortega Rodríguez
    Juan Palacios Emo
    Juan Segundo Perales Jiménez
    Ricardo Peña Cristino
    Angel Polaino Gil
    Miguel Polaino Gil
    Isicio Polaino Ortega
    Miguel Polaino Ortega
    Leandro Ramos Marín
    Rosendo Ramos Ortega
    Antonio Rey Ortega
    Pedro Rey Ortega
    Ignacio Reyes de los Santos
    Juan Rodríguez Rodríguez
    Francisco Ros Gil
    Ramón Rojo Díaz de Cervantes
    Juan Ros Mendieta
    Juan Ros Ros
    Lorenzo Ros Ros
    Tomás Ros Sánchez
    Julio Ruiz Bautista
    Cristóbal Ruiz Colodro
    Antonio Ruiz Colodro
    Manuel Antonio Ruiz Lechuga
    Manuel Segura Ruiz
    Antonio Sierra Martínez
    José Manuel Soria García
    Cristóbal Tallante Martínez
    José Tallante Martínez
    Gabriel de la Torre Linares
    Virgilio de la Torre Linares
    Ildefonso de la Torre del Río
    Eduardo Tiscar de la Torre
    Martín Vilar Lorente
  • Cazorla perteneció a la Diocdesis de Toledo hasta el año 1953.
  • El Ministerio de Cultura por Decreto 2.105/1972 de 13 de Julio, declarara Conjunto Histórico Artístico a la ciudad de Cazorla y sus alrededores.


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