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Pedro González Cabot
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Cartel en Santisteban del Puerto
Pedro González Cabot. Cartel en Santisteban del PuertoPedro González Cabot. Foto antigua
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  • Nació Pedro González Cabot en Santisteban del Puerto el día 28 de Enero de 1898.
  • Su padre fue Agustín González Álamo y su madre Águeda Cabot Francés, familia que se dedicaba a las tareas agrícolas.
  • Es poco lo que se sabe de la vida de este personaje, ya que a no ser por su heróica muerte no habría trascendido a la popularidad y fama.
  • Lo que se conoce es lo que se recoge en un folleto que publicó el Ayuntamiento de Santisteban según acuerdo de la sesión celebrada el 13 de diciembre de 1922, y cuyo autor fue el Teniente Coronel de Infantería Don Antonio García Pérez, testigo en los campos de Melilla de los últimos días de las tropas españolas en aquella guerra, en Julio de 1921.
  • Dicho texto dice así:
Pedro González Cabot. Soldado de Artillería y héroe en los trágicos días del mes de Julio. Llegan a Monte Arruit los fugitivos de otros campamentos, heróicos jirones de bellísimas defensas; sedientos y extenuados, muchos de ellos heridos, se acogen esperanzados a dicha posición; es el día 23.
Herido de tres balazos, uno de ellos en el pecho, arriba a Monte Arruit el artillero Cabot; sobre sus hombros trae un niño, una criatura de dos años, hijo de una mujer de Anual; el niño, completamente desnudo, apoya la cabeza sobre los sudorosos cabellos del humanitario soldado.
Llegaron silenciosos uno y otro, cerrados los párpados de la criatura, sangrientos los ojos del soldado. El polvo del camino había puesto sobre ambos una espesa capa blanquecina. No se conocín. El herido, desangrado y febril, más débil que el niño, más sediento de amparo que aquella criatura desnuda, le halló abandonado y sólo sobre la carretera; sobre el peso de sus heridas, que convertín en plomo sus músculos ágiles, quiso poner la dulce boca de aquella carnecilla tierna e inocente, y con ella, sin ayuda de nadie, y con la vista puesta en el arco de Monte Arruit, llegó a la posición al caer la tarde y sin pronunciar palabra acostose tras el parapeto.
Aquella noche durmieron juntos, como un padre y un hijo, sobre la dura tierra. Resistió después el soldado a sus heridas. De la criatura sólo sabín los soldados que era un niño sediento, que bebía mucha agua, mucha agua...
Durante los interminables días del asedio, entre el estruendo de las bombas y los ayes de los heridos, puso su nota amarga en Monte Arruit el llanto del niño, que recorría, sin conciencia del peligro, las resecas trincheras pidiendo a todos ¡agua!, ¡agua! y cuéntase que hasta los más egoístas se desprendín de su pequeña ración, y aquí y allá, en este y en el otro parapeto se veía al pequeñuelo entre los brazos de un soldado, que, enternecido, le entregaba el enorme tesoro de su cantimplora, casi exhausta.
El soldado y el niño soportaron los amargos dís de la defensa; el soldado velaba por aquella niñez desvalida y dolente, prodigándole todas las ternuras de su alma; el niño era el ángel con que Dios consolaba al buen soldado en sus tribulaciones por la patria.
Monte Arruit se rindió famélico y sediento; salieron de su recinto los españoles con la majestad del dolor en sus semblantes; Cabot salió también con su pequeñuelo en los brazos; minutos después, aquellos indefensos españoles caían fusilados cobardemente por la traidora morisma.
¡Escena de sublime martirio!
Horrorizado Cabot, comprende resignadamente el término de su existencia; besa enternecido al niño; y como si en corazón de ángel hablase al Dios de sus íntimas creencias, así reza:
Padre nuestro que estás en los cielos ...
El plomo rifiño corta la existencia del niño y del soldado ...
Cuando meses después recuperaron los españoles a Monte Arruit encontraron dos cadáveres unidos en estrecho abrazo.
¡Eran el del niño y el del artillero que murió poniendo el beso de su alma cristiana sobre la frente nacarada del niño infortunado!.
  • En la remodelación hecha en la Plaza del Artillero Cabot, se ha levantado un monumento al héroe. Se trata de una fuente monumental con un relieve efectuado por Jacinto Higueras Cátedra en 1963, en el que se representa la escena en que es encontrado Cabot con el niño abrazado a él.

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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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