Las Atalayuelas

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Lugar estratégico ocupado desde la Edad del Cobre y fortificado en los siglos VII y VI aC. con una potente muralla que en algunos puntos alcanza más de 5 metros de espesor, revestida al exterior de barro pintado de rojo y reforzada con bastiones adosados de planta cuadrada.
Uno de los yacimientos arqueológicos mejor estudiados, que ha permitido reconstruir la historia más antigua de la comarca de la Campiña.
La primera ocupación humana documentada en Las Atalayuelas data del II milenio a J.C.
Abandonada durante un tiempo, fue poblada nuevamente en el I milenio a C. hasta la etapa ibérica en la que se construyó una fortaleza.
Entre los siglos II y III a J.C., entre la Segunda Guerra Púnica y la conquista romana.
El asentamiento demarcó su territorio con torres, como las del Espino y Calvete.
De este periodo es el relieve de la danza bastetana, que últimamente se declinan más a que es la representación de una familia, expuesto en el Museo Arqueológico Provincial.
En la etapa romana se produjo una reestructuración urbanística de las Atalayuelas que los investigadores relacionan con su posible reconocimiento como ciudad bajo la legitimidad que concedía el decreto de Vespasiano.
Paralelamente se produjo una transformación de su paisaje agrario con la implantación del modelo del catastro romano y la aparición de numerosas casas de labor.
Tras la invasión islámica el asentamiento de las Atalayuelas siguió siendo utilizado como refugio defensivo a la par que aparecía un nuevo asentamiento en el solar que actualmente ocupa el casco urbano de Fuerte del Rey.
Al finalizar la guerra civil de finales del siglo IX las Atalayuelas quedó abandonado y se fue consolidando la alquería que ocupaba el solar de la actual población.
Los santuarios, igualmente espacios de socialización y de cohesión, alojan imágenes que guardan relación con el colectivo, pero también con la familia como unidad básica. Así, un relieve en piedra del santuario de Atalayuelas nos ofrece un retrato familiar que recoge el momento de presentación en el santuario ante la divinidad. Se trata de una familia compuesta por siete personas que evidencian, a través de la vestimenta y el tamaño, sus diferencias de sexo y edad. Estaríamos aquí ante la pareja progenitora con sus dos hijas y sus tres hijos, los cuales aparecen en un mismo plano y con el mismo gesto ritual que denota el deseo de comunicación: extienden los brazos y abren las manos. Esta es una representación que ha sido fechada hacia los siglos II-I a.C.
Código PIA 230350002.
En él se encuentra el Vértice geodésico Calicatas.