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Historia de Jaén. Siglo XIX
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Foto realizada por Charles Clifford en 1862, con la visita de la Reina Isabel II. Se observa la antigua torre del convento de San francisco ahora Diputación
Historia de Jaén. Siglo XIX. Mapa 1847Historia de Jaén. Siglo XIX. Mapa 1850Historia de Jaén. Siglo XIX. Mapa 1862
Historia de Jaén. Siglo XIX. Mapa 1879Historia de Jaén. Siglo XIX. Mapa 1885Historia de Jaén. Siglo XIX. Vista general de Jaén. Coleccion Lauren J. (1816-1886) foto 1880-1881
Historia de Jaén. Siglo XIX. Foto realizada por Charles Clifford en 1862, con la visita de la Reina Isabel II. Se observa la antigua torre del convento de San francisco ahora DiputaciónHistoria de Jaén. Siglo XIX. Dibujo 1879Historia de Jaén. Siglo XIX. Cercanías de Jaén. Pedro Rodríguez de la Torre 1878
Historia de Jaén. Siglo XIX. Fotografía de Arturo Cerdá y Rico, del año 1887Historia de Jaén. Siglo XIX. 1852 Plaza de las PalmerasHistoria de Jaén. Siglo XIX. Calle Rastro. 1891
Historia de Jaén. Siglo XIX. Manifiesto de Manuel Uriarte de Landa. Prefecto de Jaén. 1811. Exposición Palacio Villardompardo - JaénHistoria de Jaén. Siglo XIX. Mapa topográfico del Ejército 1848
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  • André Fraçois Miot en los años tormentosos de la Guerra de la Independencia la describe despectivamente como: ... Jaén está construida al pie de una montaña sobre la cima de la cual los moros han elevado una fortaleza que aún subsiste. Los alrededores de la ciudad son poco agradables y el interior sólo presenta calles estrecha y casas bastante mal construidas. Solamente la Catedral es digna de atención ...
  • Richard Ford encuentra el máximo atractivo de Jaén en que: ... Su posición es sumamente pintoresca por estar a la sombra de una colina coronada por un castillo: las largas líneas de las murallas y las torres moras ascienden penosamente por las laderas irregulares ... Jaén ha sido comparada con un dragón, un cancerbero vigilante ...
  • Teophile Gautier le impresiona la extraña silueta de la ciudad: ... Una enorme montaña de color ocre, amarillenta como una piel de león, pulvurulenta de luz, dorada por el sol, se alza inesperadamente en medio de la ciudad; torres macizas y largos zig-zags de fortificaciones antiguas atigran sus costados descarnados en líneas raras y pintorescas. La Catedral, inmenso abigarramiento de arquitectura, que desde lejos parece más grande que la misma ciudad, se alza orgullosa como montaña fingida junto a la natural ...
  • Alejandro Dumas en sus Impresiones de Viaje anota: ... Jaén es una inmensa montaña leonada. El sol, mordiendola, le ha dado un tono bistre sobre el cual las viejas murallas árabes destacan sus líneas caprichosas. La ciudad africana, edificada en la cumbre, ha descendido poco a poco hasta el valle. Las calles empiezan en el primer contrapuerto y principian a escalar la cuesta desde que se atraviesa la Puerta de Bailén ...
  • Carta anónima de un amigo que está de viaje, a otro que está en Madrid, aparecida en el periódico local El Guadalbullón en 1847, algunos han creído ver en ella la mano del poeta Antonio Almendros Aguilar: ... La ciudad es grande: otras hay más bonitas, es cierto, pero no es del todo fea. Sus habitantes, que son 18268 dicen que es un pueblo grande, es decir, un lugarón; pero en esto hay mucha modestia. Jaén pudiera ser mejor, pero tal como es pasa. Las calles de Jaén tienen cosas notabilísimas, no por el número, aunque es muy grande; no por longitud, aunque hay una que atraviesa casi toda la ciudad; no por estrechez que lo son muchas, sino por la forma de su plano y por sus propiedades. A primera vista se queja el pobre transeunte de que hay que trepar por ellas y tomarlas por asalto, pero esto es porque no comprenden el mérito intrínseco de ellas. Las calles están construidas en forma de cascada y como el desarrollo de ciertas protuberancias son las que determinasn ciertas facultades, según el sistema frenológoco, que aquí en que las calles de Jaén, principalmente si están mojadas, hagan cuando se anda por ellas que los hombres más graves bailen, que los impíos se arrodillen y que los más diligentes se acuesten en ellas. El caserío dicen los giennenses que es hipócrita, por fuera feo y por dentro muy cómodo. También en esto hay mucha modestia. Las casas en general no son tan bellas como podían ser, pero las de La Guardia son peores. Sin embargo, hay muchas construidas todas ellas de piedra y ofrecen una aspecto muy agradable. Todas tienen habitaciones de invierno y de verano, piso bajo y principal; muchas tienen jardines y fuentes. La riqueza y el gusto del dueño son los que determinan aquí como en otras partes, el lujo de los muebles y de los adornos ... Jaén tiene iglesias, conventos, hospicio, inclusa y hospitales. Desde media legua antes de llegar a la ciudad por cualquier punto, sobresale el edificio de la Catedral, como desmesurado gigante en tierra de enanos ...
  • Robert Dundas Murray (1847-1856), que en su viaje por Andalucía editado en Londres en 1849 hace esta valoración: ... Aquí tenemos una ciudad que exhibe en la arquitetura de sus calles abundantes trazos de sus antiguos dueños y no sería difícil imaginar que hubieran abandonado sus hogares a los enemigos de su cred hace justamente unos días. Las puertas que dan a la calle son bajas y lasventanas pocas y pequeñas; el sólido aspecto de las casas y los oscuros matices de la piedra caliza empleada en su construcción les da cierto aire de prisiones y hace que uno se pregunte si alguna vez han latido corazones dentro de estas simbrías moradas. La ciudad consiste en una calle principal que rodea la base de una colina, en cuya cima se levantan los muros de su castillo. Conforme uno va caminando se pueden contemplar a ambos lados estrechas y tortuosas calles en las que nunca acierta a entrar un rayo de sol. En nuestro pais calificaríamos este tipo de calles como las moradas de la necesidad y la miseria y no nos sorprendería ver el que la desdicha, bajo cualquier forma, busque refugio en las mismas. En el extremo sur de la ciudad se levanta la Catedral, una moderna estructura enel estilo grecorromano ...
  • Francisco de Paula Mellado en su Guía del viajero en España, de mitad del siglo XIX: ... Jaén, distante de la villa precedente, Mengíbar, cuatro leguas y cuarto, es capital de la provincia, comandancia general militar, obispado y partido judicial de su nombre y se halla situada entre sierras a la falda de un monte. Tiene autoridades superiores de todas clases, tribunales de rentas, militares y eclesiásticos, aldaldía constitucional, juzgado de primera instancia, administraciones subalternas de correos y loterías, 18072 habitantes, una catedral, doce parroquias, catorce conventos que fueron de frailes y monjas, Sociedad Económica, varios hospitales, cafés y posadas, una biblioteca, un nuseo de pintura y escultura, cuartel del Regimiento Provincial de su nombre, casa de postas y parada de diligencias. Las calles de esta población están bien empedradas y limpias; tiene dos plazas principales, cuatro más chicas y dieciocho fuentes dentro y cuatro fuera. La Catedral, que ocupa el mismo sitio que la antigua mezquita de los árabes, es un cuadrilongo de 308 pies de largo y 148 de ancho, con dos torres iguales en altura y ornato y cuatro puertas, siendo la facada principal obra de bastante extensión y grandeza. Los moros construyeron las murallas que rodean esta ciudad, que tiene además un buen castillo y otras varias obras de defensa ejecutadas por los mismo, habiendo quedado muy deteriorados sus arrabales de resultas de los varios ataques que resistió antes de su entrega. La situación de que goza es pintoresca por las hermosas vistas que tiene sobre toda la campiña, pero en los días de invierno y a media tarde goza de muy poca luz. Por esta ciudad pasan las diligencias, galeras y ordinarios de Madrid a Granada, lo que facilita su comunicación con ambos puntos y los demás de Andalucía ...
  • Hasta la segunda mitad del siglo XIX había más molinos de harina que de aceite en la capital.


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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
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