- Fuente de aguas potables.
- Ubicada en la Plaza de la Magdalena y frente a la Iglesia de la Magdalena, en pleno Barrio de la Magdalena.
- Jaén nace en torno al Raudal de la Magdalena.
- Su configuración arquitectónica cuenta con dos mil años de antigüedad y, por lo tanto, se considera un verdadero vestigio de los orígenes más remotos de la ciudad.
- Se considera ya en funcionamiento y con su disposición constructiva similar a la actual en el siglo I.
- Su origen pudo ser un ninfeo romano.
- De origen, como mínimo, romano (restos de esculturas halladas en ella se encuentran en el Museo Provincial de Jaén), sería después mencionada por cronistas musulmanes y durante toda la Edad Media, como un orgullo colectivo de los ciudadanos giennenses.
- Incluso algunos reyes, en sus visitas a la ciudad, tenían como cita obligada la Fuente de la Magdalena, hermosamente decorada incluso con frescos que aludían a la célebre Leyenda del Lagarto o Dragón de Jaén (Leyenda del Lagarto de la Malena).
- Un caño de agua abundante que abastecía ya en época árabe, a una población de una ciudad de unas 20 hectáreas
- Daba agua a cinco baños públicos y un importante número de huertas.
- Al-Himyari en el siglo XI describió a Jaén de la siguiente forma: ... Jaén se levanta en el flanco de una montaña muy alta. Su alcazaba se encuentre entre las fortalezas más conocidas por su inexpugnabilidad. Es una villa muy favorecida con un territorio excelente. En el interior mismo de Jaén brotan fuentes de agua y así se ve un abundante manantial de agua dulce cubierto de una bóveda de albañilería que data de la antigüedad, que se vierte en una gran fuente y sirve para abastecer varios baños: el Hammam-al-tawr que tiene una estatua de toro en mármol; el Hammam-al-walad, que con el anterior pertenece al gobierno; el Hammam.ben-As-Salim; el Hammam.ben-Tarafa; el Hammam-ben-Ishak, el sobrante de cuyas aguas sirve para irrigar vastas extensiones de terreno...
- Algunos cronistas hablan de que su raudal llegaba a alcanzar el tamaño del tronco de un buey.
- Celebrada por Alfonso X El Sabio.
- Mereciendo incluso la visita real de Felipe IV.
- En 1624 visita Jaén con 19 años Felipe IV. El conjunto de fuente y manantial de la Magdalena era una de las mas bellas atracciones de la ciudad incluyéndose en el programa de su visita, siendo presumible se añadiera el retrato del joven rey a los existentes.
- Poco después, en 1628 decía Ximenez Paton "Nadie viene a ver el Santo Sudario que en segundo lugar no traiga por memoria el verla...sale de una peña por una boca que tiene de alto el estado de un hombre despide el grueso de agua de un cuerpo de buey y hace una balsa cuadrada honda a la que se desciende por gradas...esta defendida por unas rejas doradas... en la fabrica pintadas en ella están todos los Reyes que ha habido después que fue ganada la ciudad".
- Este manantial es el protagonista de la leyenda de El Lagarto de La Magdalena (Monumento al Lagarto de la Malena) al ser identificada como su guarida.
- La fuente sufrió diversas modificaciones con el tiempo.
- Una de las reformas definitivas fue la efectuada entre 1.847 y 1.849, en su portada tiene inscrita la fecha 1.849.
- Se hizo un gran arco de medio punto, en piedra labrada, con un frontón con una gran cartela coronada por el escudo de la ciudad, hecha por el arquitecto Manuel Padilla.
- En su frontón tiene una gran cartela de piedra labrada donde se lee: (...) Reinando la Católica Magestad de la Señora Doña/Isabel 2ª y siendo Gefe Superior Politico/deesta provincia el señor D. Juan/Rafael de Vargas su secretario honorario y Caballero/de la ínclita y militar Orden de San Juan/de Jerusalén y Alcalde-Corregidor/Presidente del Muy Ilustre Ayuntamiento de esta Muy Noble/y Muy Leal Ciudad el Señor D. Juan Pedro Forcada/Caballero de la Real y Distinguida Orden/de Carlos 3º y de la Americana de Isabel/la Católica se construyó esta obra/costeandose de los fondos municipales/Jaén 1849 (...)
- Arco cerrado con reja, dando paso a un pequeño hemiciclo al que se abren varias ventanas, imitando a un belvedere clásico, por el que se llega al manantial centrado por una mina de que manaba el agua y en donde según la leyenda popular tuvo su guarida el Lagarto de Jaén.
- En el mes de mayo de 1969, en un rincón convertido en vertedero de basura por los vecinos del barrio. Al fondo del hemiciclo se abría una pequeña puerta que daba paso a un recinto cubierto, a un estanque cegado de cieno hasta el mismo borde, bajo el cual debía estar la entrada, mejor o peor entubada, del agua. Era todo lo que restaba de aquel fabuloso manantial. El arquitecto Don Luis Berges Roldán emprendió la tarea de extraer todos aquellos metros cúbicos de lodo, operación lenta que iba a ocupar varios días. Durante el seguimiento de los trabajos de desescombro se descubrió los restos de lo que sería una estatua de mármol blanco. Una vez comunicado el hallazgo a la alcaldía, se procedió a obtener el permiso correspondiente para poder intervenir con más celeridad en el total esclarecimiento del posible contenido que debía encerrar aquella balsa de fango compactado, donde el agua del antiguo manantial ya no manaba. De esta manera, fueron apareciendo dos estatuas de togados de ambos sexos, de las que se hallaron sus cabezas y alguna mano, así como los respectivos pedestales sobre los cuales se habían erigido, junto con un fragmento de placa funeraria, ambos recogidos por C. González y J. Mangas en su Corpus de Inscripciones Latinas de Andalucía. A partir de estas inscripciones se podría deducir que se trataría de un monumento funerario al mandatario romano y esposa que canalizaron las aguas del manantial. También se encontraron capiteles y fustes corintios, y un buen número de pequeños objetos en bronce tales como fíbulas, una pequeña cabeza de toro, algunas cabezas forjadas de clavos y numerosos fragmentos pertenecientes a objetos de pasta vítrea. Ninguno de los elementos marmóreos se presentaba en posición vertical ni tampoco en un manifiesto orden de colocación, mostrando a las claras haber sido movidos o derribados violentamente tras un incendio, que había calcinado en parte tanto a capiteles como estatuas. Aquellos trabajos se completaron con la colocación de una verja metálica que se diseñara para cerrar el enorme hueco bajo el arco hasta una determinada altura, verja que años después fue ampliada hasta cubrir todo el vano.
- Fue restaurado recientemente según el proyecto del arquitecto Florencio Aspas Jiménez.
- Referencia Catastral: 9909431VG2890N.
ROMANCE. FUENTE DE LA MAGDALENA. AUTOR: FRANCISCO LÓPEZ VIZCAÍNO. AÑO: 1862. Biblioteca Nacional de España.
De un elevado peñasco
á la sombra y en la falda,
como las vírjenes pura,
cual ellas modesta y candida,
nace huyendo de una cueva
honda , oscura y solitaria,
cierta fuente cristalina
que dá torrentes de agua.
Á su alrededor las flores
y los arbustos levantan
bosque frondoso que habitan
genios sagrados y hadas.
Allí la tórtola anida,
allí sus amores canta
el ruiseñor, y allí el lobo
es el rey de la comarca.
Nadie en el bosque penetra;
su existencia es ignorada,
que para mu y altos fines
Dios lo cria y Dios lo guarda .
Llegó un tiempo en que el Fenicio
puso en la Iberia su planta,
y con astucias ó ardides
hizo de Iberia su patria.
—Un peñón para defensa
y un raudal de puras aguas
cerca de fértiles campos
donde hay espigas doradas,
son para el rudo soldado
de la primitiva raza
favores con que los Dioses
protejen á los que aman.—
Al bosque llegó el Fenicio:
allí sus tiendas levanta:
allí concentra sus fuerzas
y del combate descansa.
A través de nuevos tiempos
aquella fuente vedada
se vé presa de altas torres,
de almenas y de murallas.
Cartago y Roma pelean
por su posesión. Alcázar
es de Asdrúbal, y Scipion
con sus lejiones la asalta,
El cerco es terrible: hay
en su alrededor batallas
que dejan cubierto el campo
de soldados, sangre y armas...
Al fin vence Roma . Asdrúbal,
es desecho en la jornada ,
y de la Fuente y peñasco
dueño Scipion se proclama.
Los purísimos cristales
que del raudal se derraman
son recojidos en termas
por la nobleza romana .
Allí se prodiga el pórfido
y el jaspe; las mas gallardas
columnas que trazó el arte
sostienen bóvedas amplias.
CAYO SEMPRONIO, Pontífice,
y FUSCA VIBIA una pajina
escribieron sobre mármol
para honrar aquellas aguas.
La fuente sigue su curso,
el raudal, jamás se gasta,
y ni como el hombre muere,
ni como el Imperio acaba.
Vándalos, Godos y Suevos
se suceden y guerrean
y como lava se estienden
por la península ibérica.
Nada su cruda barbarie
del bello pais respeta:
templos, estatuas, sepulcros,
todo se arrasa ó se quema .
Pasados trescientos años
sitia Tarií á Mentesa
y es Aurigi destruida
y sus murallas desechas.
Dios, sin embargo, en sus juicios
no quiere que de la tierra,
desaparezca aquel pueblo
fundado al pié de la peña.
Tarif mismo la importancia
de Aurigi vé, su frontera
sin ella para los Vándalos
queda franca, abierta queda.
Tarif, pues, la redifica:
de altos muros la rodea,
refuerza sus torreones
y alza un castillo en la cresta
del peñasco á cuyo abrigo
su ejército se acuartela.
El invasor Sarraceno
ha plantado su bandera
en el torreón mas alto
de la disputada sierra,
á cuya falda una fuente
brota raudales de perlas.
¿Quien acaudilla el ejército
que enarbola como emblema
la Cruz bendita de Cristo
en sus pendones la guerra?
¿Quien tala campos floridos
y quien arrasa la Vega ,
y pone cerco á Jaén
y por el hambre lo estrecha?
¿Quién por fin rinde la plaza
inespugnable y soberbia,
que es del reino granadino
avanzado centinela?
¿Quién? Alhamar el de Arjona,
Rey de Granada que llega
á los reales castellanos,
con musti a faz, vista inquieta,
os dirá que á Don Fernando
dá su homenaje y entrega
las llaves de la Ciudad
fundada al pié de la sierra
de la que brota una fuente
donde Abdallá se deleita.
De Dios los ocultos fines
por los hechos se revelan:
fuente, ciudad y castillo,
montes, vallados y huertas,
mezquitas, baños, palacios,
juros, fueros, preeminencias,
todo al Reino de Castilla
unido de entonces queda.
Don Fernando en la Ciudad
con puro contento entra,
no obstante el silencio triste
que el pueblo abatido observa.
En procesión con el clero
á la gran mezquita llega,
y el Obispo Don Gutierre
la consagra y canta en ella
sus preces y aquella misa
que la transformó en Iglesia.
Asentado el sacro culto
se traslada de Baeza
la Silla de los Apóstoles
á la Ciudad de gran guerra,
redonda é muy recelada,
con fuentes fridas muy buenas.
El Santo Rey Don Fernando
quiere ver las escelencias
de la plaza conquistada
al walí de la frontera.
Visitando las murallas,
los adarves, las almenas,
y el palacio que habitaron
reyes y alcaides, se encuentra
sorprendido con la fuente
que brota clara y modesta,
y donde tuvo su orijen
la Ciudad que al reino aumenta.
Don Fernando de rodillas
cae allí donde serpean
los plateados raudales
que el disco del sol reflejan.
Alza su mirada al cielo,
ora un momento, y su diestra
estendiendo hacia el oriente
dice piadoso: —«Aquí sea
á Dios levantado un templo
de planta y fábrica nueva.
Y tenga la advocación
de la Santa Magdalena,
en cuyos ojos brotaron
raudales de penitencia.»—
Dijo, y al réjio mandato
sus servidores se aprestan,
que obliga la orden de un Rey
si á Dios se sirve cumpliéndola.
El templo fué construido,
y allí el pueblo se congrega
para rendir al Señor
culto de amor y obediencia.
En cuanto á la fuente, existe:
y son sus aguas tan buenas
como el dia que nacieron
por divina providencia.