Marroquíes Bajos. Yacimiento de la Ciudad de la Justicia

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Es de época musulmana y consta de una necrópolis de los siglos IX al XI y de un arrabal.
También hay restos del Calcolítico como una cueva.
La cueva que se encontró en el solar de la Ciudad de la Justicia es similar a la que se descubrió, hace menos de una década, en el subsuelo del colegio Vera-Cruz. En aquel caso, la cueva constaba de una gran sala circular y varios poyetes con osamentas humanas en sus paredes, por lo que se determinó un uso funerario.
Cueva, con una gran sala central de forma circular y 5,5 metros de diámetro. Uno de sus laterales tiene una columna de base geológica y su altura permite que una persona pueda estar de pie. En las paredes se han localizado varias galerías.
De la Edad del Cobre (Calcolítico).
Destacan una pareja de ídolos antropomorfos con 4.500 años. Las piezas, realizadas en hueso y con una altura de 11 y 12 centímetros. Las estatuillas aparecieron en el interior de una cabaña junto a otros útiles de piedra.
La cueva estaba en el subsuelo de una casa musulmana de la época emiral.
Esta vivienda formaba parte de un arrabal en el que habitaba gran parte de la población de aquel Yayyán (Jaén) de cuando el emirato de Córdoba, y fue incendiada, al parecer, durante un ataque de los moros de la zona del Levante.La vivienda se desplomó cubriendo de escombros enseres y contenido. En la casa musulmana, hay huellas de una batalla que pilló a la gente por sorpresa. Salieron corriendo de casa, dejando una olla llena de caracoles dentro de la chimenea. Estaban cocinando caracoles cuando le tendieron la emboscada. También encontramos el cuerpo de un hombre en el patio de su casa, atravesado con una lanza musulmana y rodeado de animales muertos. Esta escena nos habla de las luchas propias entre musulmanes, llamada razias, en las que, al huir, se escondían en las faldas del castillo. Parece que este hombre trató de rescatar alguno de los animales antes de huir y lo cogieron in situ. Nadie enterró su cuerpo, por lo que, seguramente, su familia también moriría. Es el momento del crimen congelado en el tiempo.
Un factor que da una especial relevancia a la vivienda, la aparición de dos molinos de cereal. Se movían por tracción animal. Están muy bien conservados y son enormes.
La vivienda musulmana es de planta cuadrada, pero de considerables dimensiones, con treinta metros por lado.
Aparte de los dos molinos, disponía de un gran salón con alcobas laterales; un almacén para alimentos en el que se ha localizado un buen número de tinajas de gran tamaño; una cocina y una chimenea, similar a las que se utilizan hoy día, así como un gran número de ajuar y útiles domésticos como ollas, cazos y cazuelas de barro.
Además, la vivienda tenía también un pequeño corral por el que se accedía a otra alcoba.
La techumbre está completa y, pese a que, cuando el colapso del edificio, se destrozaron muchas tejas, bastantes de ellas se han conservado intactas.
Vinculado a esta casa se encontró un tesoro compuesto por 201 monedas de de plata, dirhemes, y un lote de fragmentos de las mismas del Califato de Córdoba. Los límites cronológicos son el 941 d.C. para la moneda más antigua y el 1014 d.C como última fecha registrada. Un número elevado de estas monedas pertenecen a los últimos cuatro años del Califa Sulayman al-Musta"in (1014 d.C). Se conservan en el Museo Provincial de Jaén.
Muy próximo a la vivienda de época emiral se ha excavado una gran necrópolis en la que se han localizado unas ochocientas tumbas, la gran mayoría musulmanas, pero también algunas cristianas o visigóticas del primer periodo de la ocupación árabe.
Otro hallazgo reciente de relevancia es la aparición, en la zona noroeste del solar, de una parte del cuarto foso del poblado calcolítico de Marroquíes Bajos con diez metros de ancho y siete metros de profundidad.
También pasaba el tercer foso de la ciudad calcolítica por mitad de este solar.