Plaza Ochavada

Está considerada como uno de los mejores ejemplos del urbanismo del barroco andaluz.
Su construcción data de 1786. Se trata de una obra de los alarifes locales Antonio González Sevillano y Francisco Astorga Frías.
Su diseño, de planta octogonal, responde a una acertada combinación de urbanismo francés y de ladrillo mudéjar.
Esta plaza tenía dos funciones, limpiar un desmonte que había en aquella parte que servía como lugar de “pecado de los jóvenes” y dar trabajo en su construcción a los numerosos parados que ya por aquellos años de finales del siglo XVIII había en este pueblo.
Originalmente se destinó a albergar vecindario y un mesón, así como la nueva sede para la Casa Consistorial.
La plaza pronto se convirtió en el centro administrativo de la villa, donde se instaló el antiguo Ayuntamiento y se celebraron corridas de toros.
Acogió asimismo actividades ligadas al comercio y lugar de encuentro para espectáculos y actividades de naturaleza muy variada (festiva, cultural, social).
Los ladrillos rojos crean la forma de octógono que dio nombre a la plaza.
Si nos situamos en el centro y vamos contemplando una a una cada una de sus ocho caras, nada nos hace pensar que haya algo irregular, pues el conjunto se presenta como un todo, sin embargo, ninguna de sus ocho caras es igual a la anterior.
En 2007 recibió un reconocimiento popular como Primera Maravilla de la Provincia de Málaga.