Santuario prehistórico de la Cueva de Golliat

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Se encuentra en el interior de la Cueva de Golliat.
Esta cueva es descrita en 1.916 por Enrique Romero de Torres, historiador, en un artículo titulado "Antigüedades ibéricas en Torredelcampo" del modo siguiente: A 2 Km. al SE: de Torredelcampo, partido judicial de Jaén, en la parte media de la vertiente del cerro Miguelico,llamado también de San Isidro,existe una caverna o cueva cuya entrada está en el ángulo de un pequeño espacio llano entre las rocas,que medirá aproximadamente 4 m. de largo por 3 de ancho. Dicha entrada, en forma de hendidura vertical, es muy angosta, y a corta distancia, en el fondo, ábrese un agujero de 40 o 50 cm. de diámetro y un metro de largo,por el que hay que meterse arrastrándose para llegar a una habitación bastante espaciosa que comunica,por un estrecho pasadizo, con otra estancia de grandes proporciones y bóvedas de estalactitas.
En esta última estancia es donde alguien descubrió en 1.914 una losa, debajo de la cual había un idolillo de marfil junto a un esqueleto humano. Precisamente en esta sala también se encuentran restos de pinturas rupestres (Pinturas rupestres de la Cueva de Golliat).
Este idolillo fue a parar a manos del médico del pueblo, y natural de aquí, D. Eduardo Arroyo Sevilla, quien posteriormente lo cedió a D. Ramón Espantaleón, pasando al Instituto de Estudios Giennenses. En el año 1.956, D. Eduardo Arroyo habla de él en el discurso de su ingreso en dicho Instituto. Posteriormente su paradero es desconocido.
En otra descripción se habla de la localización del ídolo a la entrada de la cueva: En la entrada de la cueva había un antropomorfo pintado en rojo, muy deteriorado. Esta figura no ha podido ser calcada, pues cuando se realizó la primera visita a ella, el fin era documentar la cueva en sí. En una posterior visita no se pudo localizar, por haber desaparecido (CARRASCO RUS, J., et al.).
El idolillo mide 13 cm. de alto por 2 cm. de ancho.
Ésta es la descripción de Romero de Torres: Representa un exvoto (objeto, imagen o inscripción que se ofrece a la divinidad) femenino acusado por el triángulo sexual y por la rizosa cabellera que cae por su espalda. No es común en el arte ibérico representaciones análogas,porque generalmente todos los exvotos humanos están labrados en bronce y no en marfil.
Hasta hace poco tiempo se había creído que la datación de esta obra era el periodo ibérico, pero las investigaciones arqueológicas más modernas lo remontan al periodo final del Neolítico,al llamado Eneolítico (aproximadamente al final del I milenio a.C.).
Posiblemente la ubicación original de este idolillo sería una hornacina que se encuentra en la primera sala con forma de punta de flecha (muy posiblemente tallada a conciencia) y que está precedida por pinturas rupestres (Pinturas rupestres de la Cueva de Golliat) vinculadas al santuario prehistórico.