El Ayuntamiento mantenía el mismo edificio de principios del XVI, en la Plaza de Santa María, junto a la Catedral de Baeza, la Casa Consistoriales Altas. Pero ya el centro neurálgico de la población se había desplazado extramuros, a la gran plaza porticada del Mercado. Por espaciosa y llana en ella tenían lugar las fiestas de toros, cañas, fuegos, etc.
La representación de la ciudad carecía de acomodo fijo para presenciar los festejos, ya que solía hacer un "tablado de madera que resultaba insuficiente y poco decoroso". Además de tener que alquilar algunas ventanas.
En 1684, el corregidor Fernando Ladrón de Guevara, propone al cabildo "buscar sitio para ver las fiestas de toros y hacer Casa de Comedias".
De hacer Casa de Comedias, no se volvería a hablar; por contra, lo del Balcón de la Ciudad se repetiría a lo largo de los años.
En agosto del mismo año se adjudica la obra a Juan Guerrero y Mateo de Molina, vecinos de Baeza.
Tras dificultades y tardanzas, el 26 de diciembre de 1701 se inauguró y con motivo de las bodas de Felipe V con Mª Grabiela de Saboya (3 de noviembre), la representación de la Ciudad celebra un "paseo a caballo", partiendo de sus Casas Consistoriales; después, entre otros festejos, van a la Plaza del Mercado, donde la Capilla de Música instalada en el "Balcón de la Ciudad", canta villancicos. Los escribanos de la ciudad organizan en el Balcón "una gran vocación que resultó muy lucida". Así quedó inagurado el Balcón.