[Escucha este texto]- Se accede a ella desde la girola (Catedral de Granada. Girola) de la Catedral de Granada.
- El conjunto se compone de Antesacristía, Sacristía y patio.
- En ella se encuentra la Inmaculada que Alonso Cano talló para el facistol del coro y el Cristo de los Hermanos García.
- Lo más destacable es su portada interior. Es una obra de principios de los años treinta del siglo XVI. Además de las puertas exteriores del templo las del Perdón (Catedral de Granada. Puerta del Perdón) y del Ecce Homo (Catedral de Granada. Puerta del Ecce Homo) Siloe trazó esta interior. El arco está muy adornado; en ambas enjutas, graciosas figurillas de ángeles trompeteros dispuestas con novedad y gran agilidad compositiva. En ambas pilastras grandes candeleros y, sobre la cornisa, el encasamiento circular con el relieve de María acariciando a su Hijo. A ambos lados las estatuas de san Pedro y san Pablo. Destaca en el tondo central el altorrelieve de María con el Niño. La Virgen, que sostiene con su mano izquierda un libro abierto, está sentada; asienta su doblada pierna sobre el suelo mientras mantiene la derecha apoyada sobre su pie creando un espacio entrañable donde el Niño se mantiene de pie. Madre e hijo se abrazan. En este conjunto, de ajustada adaptación de los valores escultóricos a los arquitectónicos, la verticalidad de la figura de Jesús Niño contrasta con valentía con los ritmos acogedores, cerrando, de María. Las otras dos esculturas en piedra son la pareja de apóstoles: San Pedro y san Pablo en figuras completas y como remates superiores a ambos lados del tondo central.
- Esta puerta de dos hojas es un rico ejemplo de las labores de carpintería renacentista. Posiblemente colaboraron en esta excelente obra siloesca dos de sus discípulos: Miguel de Espinosa (fl. 1531) y Baltasar de Arce (fl. 1558). En acta capitular del año 1561 acuerda el cabildo encargar la ejecución de la puerta, dándole al maestro Siloe amplia libertad para su diseño y ornamentación: De nogal limpio para ver si ser bien hacerse algunas molduras en ellas. Fue acordado que se hagan muy buenas y muy autorizadas con medallas o flores o molduras como al maestro Siloe le pareciere que fueran mejores pues han de ser perpetuas y para tal lugar. Doce registros moldurados en cada una de las hojas acogen admirables bustos de los apóstoles y de otros personajes en una composicin diáfana y ordenada de claro corte renaciente. Junto a cabezas magistrales talladas dentro de veneras en la parte superior, se ofrecen otras en los tableros bajos menos originales y menos comprometidas en su ejecución.
- Este espacio, arquitectónico y escultórico, queda completado con cuatro óleos sobre lienzo: La coronación de santa Rosalía (composición barroca de Risueño), La aparición de la Virgen a san Julián, Cristo muerto sostenido por un ángel (torpe copia del original de Cano conservado en el museo del Prado) y Los desposorios místicos de santa Catalina. La Aparición de la Virgen a san Julián de Toledo es obra del granadino Pedro de Moya (1610-1666), seguidor de Cano. En la gran diagonal que muestra un sentido compositivo propio del pleno barroquismo, aunque sin exageraciones ni violencias los rostros de María, el Niño y san Julián, medio arrodillado y revestido con sus ornamentos episcopales y portando báculo. En primer término izquierda, tres ángeles niños, dos de ellos con símbolos lauretanos, otro sosteniendo la mitra; dos grupos de cabecitas de ángeles completan la escena. Los desposorios místicos de santa Catalina es un cuadro de grandes proporciones debido a los pinceles de José Risueño (1665-1732), otro granadino seguidor igualmente de Cano. El Niño, sentado en el regazo de María, tiene en su mano derecha el anillo esponsalicio dispuesto a colocarlo en el anular derecho de la santa. Todo acontece ante la presencia recogida de san José y bajo la mirada de Dios Padre quien, desde las alturas, bendice la unión.
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