[Escucha este texto]- Parte oriental de la muralla defensiva de la ciudad ibero romana de Lucentum.
- A finales del siglo III a.C. se construye una fortificación que fija definitivamente el perímetro de la ciudad.
- En el lado oriental donde mejor pueden observarse las características de este sistema defensivo.
- Consta de tres grandes torres huecas, la Torre VI (Lucentum. Torre VI) de 10 metros de ancha, la Torre VII de 11,30 metros de ancha y la Torre IX de 8 metros de ancha, están compartimentadas interiormente y dos o más pisos de altura en los que se emplazaría la artillería de la época.
- Estaban unidas entre si con lienzos de muralla de algo más de un metro de espesor.
- Las cubiertas de las constucciones adosadas al interior de la muralla servían de adarve (paso superior recorrido por los defensores y protegido por el parapeto almenado que remataría la muralla).
- Un fuerte muro (antemural) construido por delante del cercado defensivo, a una distancia entre 9 y 10 metros, impedía la aproximación de torres de asalto y constituía un ancho camino protegido para movimiento de tropas.
- En el primer cuarto del siglo I a.C. los romanos levantaron otro sistema defensivo distinto del anterior, aunque aprovechandola en parte, sin ampliar el espacio interior fijado por el precedente y siguiendo aproximadamente su trazado.
- En realidad se trata de un engrosamiento constituido por una nueva muralla con torres, construido a una distancia entre 2 y 4 metros de la anterior.
- Al contrario que las de la fase anterior, que eran huecas internamente, el constructor militar romano realiza las torres macizas.
- Sobresalían del plano de la muralla unos 3 metros, su frente alcanzó los 7 metros y se les calcula una altura entre 8 y 10 metros.
- En el extremo sur de este tramo oriental de la muralla se levantó, a mediados del siglo I a.C. un gran bastión de planta rectangular, cuya función sería el refuerzo de la fortificación entre las torres V y VII.
|
|