Palacio de Jabalquinto

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Ubicado en al Cuesta de San Felipe Neri y en la Plaza de Santa Cruz.
Este es un edificio con fachada de estilo isabelino con influencias mudéjares.
Consta de dos plantas y galería.
Palacio de los siglos XV-XVII. Comienza a construirse en la segunda mitad del siglo XV.
Fue construido por petición de Juan alonso de Benavides, el Famoso Capitán de Lorca, primo segundo del rey Fernando el Católico, y su esposa Doña Beatriz de Valencia Bracamonte.
Su primogénito, don Manuel se casó con Doña Luisa, hija del poeta Jorge Manrique.
En 1637 la hereda, Isabel de Benavides, Marquesa de Jabalquinto, se casa con el conde de Benavente, Don Antonio Alonso Pimentón Quiñones, uniéndose ambos títulos.
En 1720, a petición del Seminario de San Felipe Neri y para ampliación del mismo, los condes cedieron el palacio, reservándose el derecho, ellos y sus sucesores, de tener habitación cuando viniesen a Baeza, asiento señalado en la capilla y el respeto de los escudos de armas del edificio. En 1836 se incauto el Estado del inmueble, cediéndolo de nuevo al Seminario en 1853.
La traza se atribuye a Enrique Egas y la fachada a Juan Guas.
La fachada es de estilo gótico-flamígero con influencias mudéjares.
Con gran produsión de puntas de diamante, clavos de piña, frondas, florones, lazos, pináculos, heráldicas y mocárabes.
Presenta arcos conopiales con antepechos y parteluz, y una galería superior que es un posterior aditamento renacentista.
La puerta, centrada y enmarcada por pináculos góticos a modo de arrabá, forma un arco conopial recorrido por dos troncos por los que trepan graciosamente catorce figurillas humanas. Figuritas desnudas; y los mocárabes con los que se adornan los balcones de las columnas, que parecen que tienen sexo, la de la derecha, macho; y la otra, hembra. Sin embargo hay otros adornos que están más acordes con la religiosidad de la época: clavos que insinúan la cruz de San Andrés y flores de cardos que, formando cruces, simbolizan la Pasión.
En el segundo cuerpo, cuatro ventanas, gemelas las centrales, también entre pináculos y ajimezadas con delicadas columnillas.
Encima, ocho escudos "a la valona" con yelmos, cimeras y lambrequines, cuatro del señor de Jabalquinto, Benavides, Manrique, Mendoza y Rojas, y cuatro de su esposa, Valencia, Bracamonte, Acuña y Mendoza.
Todo esto se halla enmarcado por dos contrafuertes cilíndricos que se abren en mocárabes coronados por antepechos similares a los de las ventanas.
Un mirador renancentista fue añadido posteriormente.
Las habitaciones que dan a la fachada y que forman con ella la parte más antigua del edificio, conservan sus artesonados, algunos policromados.
El patio renacentista tiene doble arcada con columnas de mármol y escudos. Las columnas de mármol y toda la piedra del palacio se piensa que procedían del derruido alcázar, las cuales fueron traídas anteriormente desde la cercana Cástulo.
Renacentista apuntando al barroco.
Está formado por una doble arcada con columnas corintias de mármol y escudos en todas las enjutas salvo las de ángulo que llevan parejas de niños.
El antepecho de la galería alta está formado por rectángulos y balabalaustres alternados.
En el intradós de las claves de dos arcos figuran dos fechas: 1599 y 1600.
Posee interesantes artesonados policromados.
Posee una monumental escalera imperial barroca cubierta por bóveda de media naranja. Los relieves que hay a ambos lados del primer tramo de la misma, en los que destacan los leones, símbolos de los Benavides. Tenía una fantástica lámpara de cristales que coronaba la cúpula de la escalera. Tampoco se encuentra el cuadro que presidía el descanso, ambos lámpara y cuadro, se encuentran en la Catedral de Baeza.
Con sus estípites, balaustres, volutas y demás profusa decoración.
No obstante su aparente unidad, pueden observarse elementos que llegan hasta el primer cuarto del siglo XVIII.
A través de la puerta que hay en el descanso de la escalera se puede acceder a un espacio con jardines y restos arqueológicos, que une el Palacio con el antiguo Seminario San Felipe Neri.
En el Salón de Actos pueden admirarse seis columnas con sus capiteles románicos, muy interesantes, procedentes del arruinado templo de San Juan. En el jardín hay un busto de Antonio Machado.
Cuando la familia cedió el palacio a la diócesis para que fuera usado como Seminario, puso como condición que no se tocara nada de la fachada, y eso fue por el temor de que no gustaran esos detalles eróticos a la jerarquía eclesiástica y decidieran modificarla. Esta cesión ocurrió en 1720 y desde entonces hasta el último tercio del siglo XX ha estado unido al Seminario San Felipe Neri y ha funcionado como tal.
En los años 70 del siglo pasado funcionó como Colegio Menor durante dos décadas y posteriormente como sede de la Escuela Taller de Rehabilitación del Patrimonio durante 5 años.
Su última función, que tiene en la actualidad, es la de sede de la Universidad Internacional de Andalucía Antonio Machado.
Fue declarado monumento nacional en 1931.